La contable de Forever Young Raquel Vázquez aseguró ayer en el juicio contra Francisco Camps y Ricardo Costa que un "hacker" se metió en su ordenador y envió diversos correos al informático de la empresa en los que pedía que se modificaran tickets de compra del expresidente y que figurase en su lugar el nombre de Álvaro Pérez. Las acusaciones trataban de acreditar ante el jurado con en el interrogatorio que el dueño de la tienda -que como transcedió durante el sumario se reunió con Federico Trillo- había tratado de destruir pruebas que incriminaban a Camps.

La testigo -que sigue trabajando para el mismo empresario- dio su versión de por qué desde su cuenta de correo electrónico se enviaron mensajes electrónicos comprometedores. "Entró un "hacker" y me borró un año entero de correos y me imagino que hizo esto", aseguró al jurado.

Los correos apuntaban que por orden de Eduardo Hinojosa (el dueño de la tienda) necesitaba saber si se podían cambiar el concepto de las facturas. En otro correo presuntamente solicitaban al informático que modificara el número de cliente de Camps -394- por el de Álvaro Pérez -571-. El responsable de informática respondió: "Si firmo esto, marcho de cabeza al trullo".

"A mí me dejó de funcionar el ordenador y me dijeron que podía haber entrado alguien", reiteró. Sin embargo, la testigo admitió que no ha presentado denuncia para que la policía investigue la supuesta intrusión en su ordenador.

La contable remitió documentación al juzgado sobre la facturas y tickets de compra atribuidos a las empresas de la trama. Las acusaciones preguntaron a la testigo por qué aportó documentos fotocopiados en vez de originales a pesar de que el juzgado le requirió hasta en nueve ocasiones y por qué en algunos tickets no aparece información esencial.

Raquel Vázquez descartó que alguna persona hubiera manipulado la documentación aportada al juzgado. "Yo lo sé porque la he presentado yo. Tengo constancia de que nadie la ha modificado. Los documentos los obtuve de una carpeta que había bajo de la tienda". La contable insistió en que no sabía por qué aportó fotocopias a la causa.