Al menos cuatro valencianas que se habían sometido a una operación de aumento de pecho con prótesis PIP, que el gobierno francés retiró del mercado en marzo de 2010 por contener un gel sin visado sanitario, pasaron por un innecesario calvario de temor y angustia en el que temieron por su vida al sospechar que los bultos que les habían salido en las mamas y en las axilas pudieran ser cancerígenos.

No lo eran, pero no lo supieron hasta el final.

Con tan alarmantes síntomas las afectadas fueron remitidas al Instituto Valenciano de Oncología (IVO) para que se sometieran al protocolo de detección de un tumor de mama, que lleva aparejado la realización de un estudio radiológico y una punción, según precisó el jefe de servicio de cirugía de la entidad, Rafael Estevan.

Como los resultados de las punciones a veces pueden dar falsos negativos, el equipo quirúrgico decidió intervenirlas y extirparles los temidos bultos. En todos los casos, los cirujanos retiraron las prótesis rotas, limpiaron el interior de la mama, comprobaron que no había indicios de tumor y procedieron a reparar el pecho con cirugía oncoplástica para que la mujer saliera del quirófano con las mamas totalmente reconstruidas.

«Siempre que se ha tratado el caso de una rotura de prótesis ha sido bajo sospecha de patología oncológica», declaró el doctor Estevan a Levante-EMV.

El especialista destacó que en ninguna de las pacientes se confirmó que hubiera una malignización celular.

El IVO nunca ha puesto las PIP

El jefe del servicio de cirugía quiso recalcar ayer que en el IVO jamás se han implantado prótesis de la marca PIP, que fueron apartadas del mercado a finales de marzo de 2010, tras detectar que el gel cohesivo del que estaban hechas no reunía los requisitos que exigía la legislación europea.

«Nosotros, aquí —destacó el cirujano— utilizamos prótesis de las tres mejores marcas del mercado».

Estevan informó que hasta hace diez años se sabía que las prótesis de gel de silicona líquida se rompían en mayor porcentaje que las de gel cohesivo, en las que este tipo de accidentes era extraordinario.

Sin notificaciones

Por otra parte, el cirujano Jaume Serra que ha operado en el hospital Virgen del Consuelo de Valencia a más de una veintena de mujeres para extraerles prótesis PIP fragmentadas declaró a este periódico que cicatrices tan grandes en la axila como la que se aprecia en la foto que ilustra esta información se hubieran evitado, «si éstas (la prótesis) se hubieran extraído antes de que se rompieran y provocaran adenopatías».

En su alusión, el cirujano no pretende ir contra el IVO que actuó adecuadamente, sino contra las autoridades sanitarias españolas que, a su entender, han sido muy pasivas en este tema.

El especialista ha denunciado la escasa vigilancia del Ministerio de Sanidad y la infra notificación que hacían los cirujanos que eran los que sabían que se rompían.

Serra recordó que el director general de Farmacia de la Conselleria de Sanidad, José Luis Clérigues, declaró en febrero de 2011 que en los cinco años anteriores no se habían recibido notificaciones.

Por otra parte, el cirujano calificó de «absurdo» que el Ministerio de Sanidad no abriera una investigación sobre los efectos que podrían ocasionar las roturas de las prótesis PIP en las usuarias a partir de julio de 2010, que fue cuando se denuncia el caso, se sabe que el sistema de vigilancia no funciona y que los implantes se rompen.

El cirujano ha lamentado que España haya ido a remolque de las investigaciones realizadas por el Gobierno francés que ha recomendado a las portadoras de estas prótesis que se las explante como medida preventiva. En el mundo se estima que unas 300.000 mujeres llevan implantes PIP, 10.000 de ellas de la Comunitat Valenciana.