Los dirigentes socialistas tienen voluntad de manifestar libremente sus preferencias ante el congreso federal, pero las vacaciones han alterado esta disposición a pronunciarse. El líder del PSPV, Jorge Alarte, no pudo asistir, el 4 de enero, al acto en favor de Carmen Chacón; Ximo Puig no tuvo ocasión de acudir al comité federal en el que los aspirantes recogieron firmas; Joan Lerma tampoco pudo estar en la cita, igual que Joan Calabuig o Francesc Romeu.

Alarte sí estará mañana jueves, a las seis de la tarde, en el Jardín Botánico, en el acto en el que Alfredo Pérez Rubalcaba presentará en Valencia sus credenciales para ser el próximo secretario general. El líder del PSPV acompañará a quien fue candidato a la Moncloa, tras haber plantado a Chacón, pero evitará, como hasta ahora, hacer una declaración de apoyo explícito. La de Alarte será una presencia "de cortesía" hacia quien visita a los socialistas valencianos para explicarles su proyecto. Así se interpreta oficialmente desde Blanquerías. Pero el secretario general del PSPV ha activado a sus afines en la campaña en favor de Rubalcaba, convencido de que una victoria de éste le daría más opciones de seguir al frente del socialismo valenciano.

La secretaria provincial, Carmen Martínez, y sus colaboradores son quienes están movilizando a cargos públicos para hacer una demostración de fuerza frente a Ximo Puig y Leire Pajín y sus seguidores. Nadie quiere medir fuerzas en el federal, pero el proceso de elección de delegados en los congresos provinciales y, especialmente, la selección de los participantes en esos congresillos dará muchas pistas sobre quién tiene el control de las agrupaciones. El cónclave del PSOE en Sevilla será, se quiera o no, un aperitivo del congreso de país, por no decir la primera batalla de la contienda que se dirimirá en el PSPV.