El proyecto Nous Amics es una cadena de favores en la que todos ganan. La creadora del mismo, la jurista del Centro de Menores Jaime I de Picassent, Amparo Requena, explica que en esta iniciativa, que se desarrolla desde diciembre de 2010 y por la que han pasado 22 jóvenes -ahora hay seis-, "menores infractores mejoran su autoestima y aprenden a llevar la vida en positivo al trabajar con perros abandonados, que a su vez consiguen el cariño de sus 'dueños', y después los integrantes del proyecto visitan centros de discapacitados o de atención a mayores para reforzar la autoestima de los jóvenes y de los afectados por el Alzheimer". El conseller de Justicia y Bienestar, Jorge Cabré, visitó ayer el Centro de Discapacitados Adistos en Torrent, una de las entidades con las que colabora el proyecto, donde los menores infractores, junto a personal de la protectora de animales Modepran, realizaron una exhibición.

Requena comenta que los educadores caninos de Modepran "eligen los perros adecuados para participar en el programa", que dura tres meses, porque "no todos los animales pueden formar parte de Nous Amics". "Después, elegimos a los menores, que en ocasiones son voluntarios, en otras son recomendados y en las menos el programa es parte de los servicios a la comunidad que han de ejercer según sus condenas", indica Requena, que señala que después comienza el proceso "de domesticación". "Es muy básico, pero lo suficiente para enseñar a los chavales que mediante la educación en positivo, ver la vida de esa manera, las cosas salen mejor", explica la jurista. Los perros, que han sido todos abandonados por sus dueños, recuperan "el cariño perdido", en palabras de Requena. El otro colectivo beneficiado son los jóvenes discapacitados o los mayores enfermos de Alzheimer que reciben la visita de los participantes en el proyecto y sus mascotas. "Para ellos es un refuerzo enorme para su autoestima ver que el animal les hace caso", relata la jurista del Centro de Menores Jaime I de Picassent.