La compañía cementera Cemex aspira a sustituir en un 90% el coque de petróleo empleado tradicionalmente en sus hornos por combustibles alternativos procedentes en su mayoría de la fracción de rechazo contenida en los Residuos Sólidos Urbanos (RSU).

La compañía ha solicitado una nueva Autorización Ambiental Integrada (AAI) en su planta cementera de Buñol para poder ampliar hasta 100.000 toneladas anuales las materias primas alternativas utilizadas en la elaboración del cemento. Además aspira a obtener autorización para utilizar hasta 80 tipos de combustibles alternativos al coque con un techo de 260.000 toneladas que supondrían un 90% de sustitución. En ambos casos, tipos de combustible y materias primas alternativas, la solicitud de Cemex se basa en un listado de productos autorizados previamente por la Unión Europea.

Tomas Sánchez-Corral Gómez, director de Operaciones en la Comunitat Valenciana de Cemex aseguro ayer que esta iniciativa "nada tiene que ver" con la incineración de residuos y con la voluntad de la conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana de ampliar el volumen de la basura destinada a la denominada valorización energética.

El responsable de las plantas cementeras de Cemex en Buñol y San Vicente del Raspeig, recordó que desde el año 2004 Cemex utiliza combustibles alternativos-comenzó con las harinas cárnicas- y dijo que Cemex Buñol está "muy cerca" de alcanzar una cifra de sustitución de combustibles alternativos del 60%.

"Al cierre de 2011 se valorizaron 103.000 toneladas de las 115.000 posibles contempladas en la Autorización Ambiental Integrada de 2006, lo que nos sitúa muy cerca del límite ", explicó.

Existen además otras razones como el buen funcionamiento del horno con combustibles alternativos y la vertiente medioambiental que supone el abandono del coque de petróleo, un combustible fósil.

Según datos de la cementara, "el uso de combustibles alternativos ha permitido ahorrar la emisión de 80.000 toneladas de CO2 a la atmósfera".

El uso de estos combustibles evita también tener que pagar por derechos de emisión de CO2 y permite mantener un cierto nivel de competencia con otros países, como Marruecos, donde todavía no se aplican los estrictos controles medioambientales europeos.

"Nuestra previsión y nuestro objetivo es llegar a porcentajes similares a los que se han alcanzado en Alemania, donde se ya se encuentran por encima del 80% , el mismo porcentaje que en Suiza han hecho obligatorio".

Tomás Sánchez insistió en la idea de que Cemex no gestiona residuos. "Recibe material de un proveedor y nosotros lo aceptamos después de comprobar en laboratorio que su procesado ha sido correcto y que no contienen ninguna sustancia tóxica o que pudiera elevar nuestras emisiones por encima de los límites legales", añadió.

"Independientemente de cómo se planifique en la Comunidad Valenciana la gestión de los residuos para nosotros sería una burrada enterrar toda esta energía en un vertedero", manifestó.

Alternativos

Además de la fracción resto de la basura-aquella que no se puede reciclar ni reutilizar y que carece de material orgánico-Cemex ha utilizado como combustible lodo de depuradora secado con el calor residual de los hornos, harinas cárnicas, líquidos-disolventes o aceites-, palmeras afectadas por el picudo rojo y restos de poda.

En la actualidad, Cemex mantiene una linea de alimentación del horno permanente para el combustible procedente de la basura y otra que suministra harinas cárnicas mientras que el uso de líquidos ha caído en picado.