Veintiséis días han hecho falta para que el expresident de la Generalitat Francisco Camps terminara con ese "ratito largo" que él mismo auguró que le quedaba en marzo de 2009, cuando el juez Baltasar Garzón, cuyo juicio ha coincidido en el tiempo con el de Camps, investigaba su implicación en el caso.

Parecía que la fecha marcada para el inicio del juicio contra Camps y el ex secretario general del PPCV Ricardo Costa, el 12 de diciembre de 2011, iba a ser también el principio del fin de ese "ratito", que todavía se iba a prolongar hasta bien entrado enero debido a la gran cantidad de testigos, pruebas y debates jurídicos entre las partes.

La primera jornada del juicio ya dio una pista de cuál iba a ser la tónica de los siguientes días, ya que la Fiscalía, el abogado de la acusación popular y los abogados defensores de Camps y Costa consumieron el primer día y parte del segundo en la selección del tribunal popular.

Se trataba de una decisión importante para las partes, puesto que de ella dependía el futuro de los acusados, y se tomaron su tiempo para llevar a cabo la selección de las once personas que también han dejado por unos días sus vidas a un lado para asistir a las sesiones del juicio.

Tras las primeras exposiciones de los abogados y de las fiscales, el 13 de diciembre comenzó el juicio de forma oficial con la declaración más importante, la de Camps, que había esperado su ocasión de explicarse ante el juez con "ganas locas" con el fin de demostrar su inocencia.

Cinco horas estuvo el exjefe del Consell explicando al jurado sus relaciones con los cabecillas de la trama, sus gustos en cuanto a trajes y los procedimientos de la Generalitat en las licitaciones de proyectos, entre otras cosas.

Como la de Camps, la mayoría de declaraciones de los cerca de noventa testigos fueron largas, incluyendo aquellas en la que las personas citadas se negaron a declarar, como Francisco Correa o ¡lvaro Pérez "el Bigotes".

Aunque no declare un testigo, un derecho al que se puede acoger por estar imputado en otra causa, los abogados y la Fiscalía tienen la opción de formular sus preguntas en voz alta sin obtener respuesta, una oportunidad que no desaprovechó ninguna de las partes.

Las declaraciones se prolongaron durante más de tres semanas, con fiestas navideñas de por medio, y en algunos casos llegaron a durar hasta siete horas, como la del sastre José Tomás y la del propietario de la tienda Forever Young, Eduardo Hinojosa.

El 3 de enero comenzó la fase pericial, que se prolongó durante otra semana con las declaraciones de policías, inspectores de Hacienda, responsables de la gestión de las tiendas implicadas o economistas que expusieron de forma meticulosa sus informaciones al respecto de la "causa de los trajes".

La fase documental comenzó el 10 de enero pero ese mismo día el magistrado Juan Climent tuvo que suspender la sesión a las pocas horas de comenzar hasta el día siguiente, debido al desacuerdo de las partes sobre los documentos que debían exhibir al jurado.

En un juicio común, esta parte del proceso dura muy poco tiempo, puesto que los abogados suelen dan las pruebas por reproducidas y no las vuelven a exponer en la sala.

Sin embargo este no era un juicio normal, y la Fiscalía y la acusación popular querían que se escuchasen en la sala algunas conversaciones entre los acusados y los cabecillas de la trama que todavía no se habían oído en el juicio.

Esto prolongó el proceso todavía un poco más con sesiones largas y monótonas, ya que se volvió a mostrar al tribunal popular una serie de documentos en papel con información de la causa para que los revisaran.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) estimó que el juicio contra Camps y Costa acabaría el 23 de diciembre, pero ayer la Fiscalía y los abogados aún comenzaban a exponer sus argumentos finales, el penúltimo paso de un proceso que ya se alargaba más de un mes respecto de la previsión inicial.

Hoy, tras las conclusiones de los abogados de la defensa, Camps ha sido el único que ha hecho uso del último turno de palabra al que tiene derecho como acusado, y ha dicho al jurado que es inocente y que viene a "buscar la justicia que imparten" sus conciudadanos "confiado y convencido".