No culpables. Ni Francisco Camps ni Ricardo Costa aceptaron que Álvaro Pérez, 'el Bigotes', les agasajara con el regalo de varias prendas de vestir para ganarse su favor y obtener beneficios en contratos de Generalitat.

Así lo han decidido los nueve miembros del jurado que, tras 26 días de juicio escuchando testigos, peritos, documentos y los argumentos de las partes, han sentenciado por cinco votos a favor y cuatro votos en contra, que no se puede demostrar que Francisco Camps y Ricardo Costa aceptaran regalos de la trama Gürtel y, en caso de que esto hubiera sucedido, existen dudas razonables sobre la vinculación entre estos regalos y el cargo que ambos ostentan.

Ni las conversaciones embarazosas, ni el testimonio del sastre José Tomás, ni los gráficos finales aportados por la acusación para simplificar a los ojos del jurado una contabilidad imposible, han convencido a seis hombres y tres mujeres que hoy, tras dos días y medio deliberando, han decidido sentenciar que Francisco Camps, "el ciudadano Camps", como le definió su abogado en el alegato final, no es culpable de haber cometido un delito continuado de cohecho impropio como se le imputaba. Tampoco lo es Ricardo Costa, cuyo nombre no ha aparecido en ninguna factura o tique y cuya defensa se ha centrado además en recordarle al jurado que, como diputado raso, no tenía capacidad de adjudicar ningún contrato a ninguna de las empresas de la trama.

A las 19.30 de la tarde

El jurado llevaba dos días y medio deliberando y muchos pensaban que el veredicto se haría esperar una noche más. Sin embargo, casi a las siete de la tarde, el jurado trasladó al juez que tenían veredicto para los dos acusados. El magistrado presidente Juan Climent procedió entonces a avisar a las partes que acudieron a la sala en la que durante 189 horas han sido juzgados.

La casualidad quiso que a la puerta del Palacio de Justicia se encontraran concentradas decenas de personas en protesta por el juicio que contra Baltasar Garzón se está desarrollando en Madrid estos días. Allí, los manifestantes, tras conocer la noticia y la presencia de Francisco Camps, cargaron contra éste con gritos de "corrupto" y "culpable". Pero no todo eran detractores. El matrimonio Blasco, que ha acompañado a Camps durante todo el proceso, se trasladó de inmediato a la sala. También los hicieron los diputados Rafael Maluenda, José Marí y varios concejales de equipo de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

De hecho, la sala del TSJCV se quedó pequeña de inmediato y Climent tuvo invitar a aquellos que no cabían a que se ubicaran en la sala de prensa habilitada o que permanecieran de pie. "Permanezcan en silencio. Les recuerdo que no pueden hacer ninguna manifestación de aprobación o desaprobación", les advirtió antes de que el portavoz del jurado procediera a la lectura de los veredictos. Pero no hubo contención. Familiares y amigos escucharon en silencio el reparto de votos 5 a 4 que hacía intuir el veredicto absolutorio, pero estallaron de júbilo con la confirmación. Francisco Camps cambió por un momento el semblante serio e intercambió una mirada cómplice a los suyos.

"¡Desalojen la sala!", se oyó gritar entonces al magistrado, que cumplió con la amenaza. "¿Y mi mujer?", preguntó Francisco Camps, que cedió el testigo a su abogado que consiguió que Climent atendiera a razones y le permitiera permanecer en la sala, al igual que a la prensa que así lo solicitó. Mientras, Ricardo Costa seguía esperando serio su veredicto. El portavoz del jurado terminó con el protocolo del veredicto sobre el expresidente y siguió con la lectura de los veintiún puntos que conformaban el objeto del veredicto de Ricardo Costa. No culpable.

Tras el fallo y la sentencia absolutoria del magistrado, ambos se limitaron a estrecharse la mano. A continuación, Francisco Camps llamó desde la sala al que fuera vicepresidente del Consell Víctor Campos para compartir con él la alegría, después de que éste aceptara formalmente la pena y pagara la multa impuesta por el juez para no pasar por el juicio oral. Mientras, la mujer de Camps y la pareja de Costa salían a la escalera del Palacio de Justicia visiblemente emocionadas.

Minutos después del fallo, Costa abandonó la sede del TSJCV acompañado por su pareja, que ha vivido con él todos estos días. Un instante después lo hizo Francisco Camps acompañado por su mujer, Isabel Bas. Al otro lado de la calle, el grupo de manifestantes continuaba abucheándoles al grito de "culpables".

"La Justicia hoy ha demostrado que vale la pena muchas veces esperar y aguantar y sufrir lo que hemos tenido que sufrir estos meses y años para que se demuestre la realidad de las cosas", manifestó anoche Camps en sus primeras declaraciones tras conocer el veredicto del jurado. "Eso es muy grande porque significa —recalcó Camps— que hay que creer en nuestro sistema y que al final la verdad y la luz resplandecen". Camps agradeció las muestras de apoyo de los valencianos de «buena fe» y subrayó que la sentencia ha dado la razón a la gente que cree en la Comunitat ante los ataques, dijo, de aquellos, tanto de fuera como de dentro, que en su opinión no creen en esta tierra, añadió.

Camps, en declaraciones a Ràdio Nou, expresó su satisfacción personal, ya que «no quedará nunca mancha alguna en la trayectoria de un presidente de la Generalitat», y como militante del PP, ya que "nadie podrá decir nunca que su presidente había tenido algún tipo de mancha". El PP salió en tromba a expresar su satisfacción por la absolución mientras la oposición consideró que el hecho de que haya sido eximido de responsabilidades penales no le libra de las políticas.

Un juicio lleno de testimonios

A este final han contribuido los testimonios aportados por algunos de los testigos como Isabel Jordán, Víctor Campos, Pablo Crespo o el exescolta de la Policía Nacional. La exadministradora de varias empresas del grupo Correa aparecía en una de las grabaciones afirmando que "Hemos pagado incluso 30.000 euros a una tienda llamada Milano para pagar los trajes de Camps"; palabras que iniciaron las pesquisas que han terminado sentando al expresidente de la Generalitat en el banquillo. Sin embargo, Jordán se retractó en su testimonio ante el jurado que ahora le ha absuelto y aseguró que en realidad no sabía si eso era cierto y que fueron palabras pronunciadas bajo presión.

Ayudó también el sentido testimonio de Vícto Campos. Mucho insisitió la fiscalía, en sus alegatos iniciales y sus conclusiones, en recordar al jurado que los otros dos acusado en esta causa, Víctor Campos y Rafael Betoret, se habían declarado culpables. Sin embargo, el exvicepresidente del Consell reivindicó que sólo había aceptado la condena "a efectos formales" para acabar "con un drama personal".

Otro de los testimonios clave de la defensa fue el del exescolta de Camps, perteneciente el cuerpo de Policía Nacional, y que declaró haber prestado 200 euros al expresidente para pagar en Forever Young y que fue corroborada por el chófer oficial que les acompañaba. En este sentido se pronunció también Pablo Crespo, que negó que las empresas que dirigía hubieran pagado trajes a los acusados y aseguró que si eso se hubiera producido él lo sabría.

Ahora las acusaciones deberán valorar si recurren la decisión del jurado o si, incluso, solicitan la nulidad del juicio. No son los únicos que tienen que tomar decisiones. "Espero que sea declarado inocente", dijo el lunes Alberto Fabra. Ahora tiene que decidir qué papel ocupa el hombre que dimitió después de haber ganado las elecciones por mayoría absoluta para defenderse en los tribunales.