Seis de cada diez adolescentes de 14 a 16 años se ha emborrachado en los últimos treinta días, una realidad sobrecogedora que ayer describió el jefe del Servicio del Plan Municipal de Drogodependencia , Francisco Bueno, en la XX jornada sobre drogodependencias que se celebra en Valencia bajo el título: "Alcohol, ¿hablamos?".

Bueno informó que según la última encuesta de consumo, el 58,8 % de los escolares de 14 a 18 años reconoce que se ha emborrachado alguna vez, mientras que el 59,9 % dice haberlo hecho en el último año.

Los adolescentes comienzan a beber alcohol a los 13,7 años de media, una edad en la que la ingesta de esta sustancia tóxica puede convertirse en adictiva en el futuro y causar graves consecuencias neurológicas, ya que el cerebro termina de madurar a los 25 años.

Bueno agregó que al ser el alcohol un depresor general del sistema nervioso central, muchos de sus consumidores terminan tomando cocaína.

La jefa de laboratorio de Patología Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, Consuelo Guerri, destacó que, aunque el alcohol actúe como cardioprotector si se consume en pequeñas cantidades, su ingesta abusiva puede producir importantes daños en el cerebro.

La investigadora manifestó que el alcohol "actúa como anestésico, es tóxico y produce adicción", y que si lo consumen las mujeres embarazadas puede producir daños irreversibles en el cerebro del feto.

Guerri señaló que el consumo de alcohol también causa graves efectos en el cerebro de los adolescentes, ya que la plasticidad cerebral que se tiene a esa edad se rompe por el consumo abusivo de esta sustancia, y genera problemas cognitivos y de cambios de conducta.

La científica apuntó que los experimentos demuestran que esta mayor neurotoxicidad se produce en regiones implicadas en la memoria y el aprendizaje, como son el hipocampo y la región prefrontal. Por ello, los adolescentes con altos índices de consumo concentrado en poco tiempo tendrán problemas en el medio escolar y también de conducta, ya que se ha constatado que se vuelven más agresivos.