El Plan Confianza, el paquete de medidas anticrisis en que se empeñó el expresidente Francisco Camps para contraprogramar electoralmente al Plan E de Zapatero, y que se nutrió del recurso al endeudamiento, está suponiendo ahora un pesado lastre para las cuentas autonómicas. Tan es así que, según reconocen fuentes de varios departamentos, la Generalitat habría prácticamente cumplido con el Plan de Ajuste que presentó en julio pasado y que preveía un ahorro de 680 millones de no incorporar al presupuesto de 2011 los compromisos del plan estrella de Camps, que cargan los capítulos de inversión y de transferencias de capital.

Los últimos datos de ejecución del presupuesto de 2011, referidos al 30 de noviembre, muestran un dato sorprendente: El conseller de Hacienda, José Manuel Vela, ha logrado reducir todos los capítulos de gasto respecto a la misma fecha de 2010, excepto dos, el del pago de intereses de la deuda, una consecuencia de la crisis, y el de inversiones, que se incrementa un 24%, al pasar de 524 a 652 millones ejecutados. Las cifras al cierre del año todavía no son públicas pero la variación podría ser incluso mayor.

El aumento no es coherente con la grave crisis financiera de la Generalitat que, no en balde, ha aplicado un fuerte recorte inversor en 2012 para intentar mantener la prestación de servicios básicos. La explicación es la "herencia" de Camps del Plan Confianza. Y eso que no se ha ejecutado en buena medida. De hecho, la dotación para inversiones que aprobó el Consell para 2011 era de sólo 664 millones, pero se modificó para incorporar compromisos, sobre todo Plan Confianza, por 540 millones, hasta sumar un presupuesto definitivo de 1.204 millones. Algo similar ocurre con las transferencias de capital: el presupuesto aprobado por las Corts consignó 1.266 millones, que se han incrementado en 151 hasta sumar 1.417 millones. Este capítulo, no obstante, ha caído respecto a 2010 un 18%, al pasar de 1.311 a 1.071 millones. El descenso, sin Plan Confianza, habría sido mayor.

En el Ejecutivo se estima en 400 millones el gasto añadido que ha comportado el Plan Confianza. Unos fondos que, de no haber tenido que desembolsarse, permitirían al Consell ofrecer ante el ministerio unos datos mejores respecto al cumplimiento de los ajustes y, en consecuencia, de las cifras de déficit. A 30 de noviembre, el ahorro en los gastos no financieros fue de 554 millones, aunque sin reconocer tres meses de farmacia, lo que deja la reducción efectiva en 250 millones. De sumarse los 400 citados, la cifra superaría los 700 millones al finalizar el ejercicio. Hace semanas el vicepresidente, José Ciscar, informó de que el Ejecutivo había ahorrado 732 millones con el plan de ajuste de julio, 52 millones más de los 680 prometidos. En esas cuentas no pueden incluirse los compromisos del Plan Confianza.

Complica las cifras de déficit

Igualmente, a 31 de septiembre pasado, último trimestre controlado por el ministerio hasta ahora, la valenciana fue la tercera autonomía con más déficit en términos de contabilidad nacional, ya que los 2.432 millones de números rojos suponían el 2,32% del PIB valenciano. Sin el Plan Confianza, la cifra habría quedado en el 2%. Las previsiones del Ejecutivo son las de cerrar 2011 con un déficit superior al 3%, lejos del objetivo del 1,3% fijado por el ministerio. Antes del Plan de Ajuste, también en julio pasado, el Consell presentó a Madrid un Plan de Reequilibrio que comprometía una reducción de gastos respecto a 2010 de 1.800 millones, 1.400 de las conselleries y el resto, del sector público. Este plan está lejos de cumplirse, lo que abocó al nuevo ajuste de 1.057 millones.

Las conselleries ponen en cuestión su utilidad

Dirigentes populares descargan en privado sus críticas hacia la iniciativa estrella de Camps para paliar los efectos de la crisis, que arrancó en 2009 pero se ha prorrogado hasta el 30 de abril de 2013 al no haberse ejecutado los créditos al ritmo anunciado. De este modo, los compromisos han ido pasando de un año a otro, incorporándose, mediante modificaciones presupuestarias. Hay coincidencia plena en que el Plan Confianza ha servido "para hacer rotondas" y no para ayudar realmente a salir de la crisis, una crítica similar a la que recibió del PP el Plan Zapatero. De este modo, se considera que se han perdido recursos que ahora vendrían muy bien o que harían menos lastimosa la situación, con los impagos a los proveedores como consecuencia de los dramáticos problemas de liquidez del Consell.