Sus responsabilidades en la gestión pública fuera del Ayuntamiento de Manises -en una empresa pública denominada Emarsa que se convirtió en un pozo sin fondo del saqueo de dinero público- han apartado a Enrique Crespo de la carrera política y de una alcaldía que conquistó en 1999, cuando se presentó por primera vez a las elecciones municipales con apenas 30 años.

El ya exalcalde se convirtió en una joven promesa para el Partido Popular desde su escaño en la Diputación de Valencia, de la que formaba parte desde 1995 gracias a su entrada como concejal raso en la corporación de Manises, primero en la oposición. Desde el escaño provincial supo hacerse con el control del PP local frente a la exsenadora María José Mora, que quedó apartada de la política local en 1999 cuando Crespo se situó como cabeza de lista popular.

Un joven economista ganaba las primeras elecciones para el PP por mayoría absoluta y se convertía en un referente para el partido de la gaviota que aspiraba a romper el poder socialista en el área metropolitana, denominada entonces como el "cinturón rojo". Los aspirantes populares en l'Horta querían seguir el ejemplo de Crespo, que venció por goleada en las cuatro ocasiones en las que compareció como cabeza de cartel en los comicios municipales de 1999, 2003, 2007 y 2011. El pasado mayo, ya inmerso en el escándalo de Emarsa pero aún no imputado, logró 8.158 votos y sacó más de 38 puntos de ventaja a los socialistas, aunque bajó un concejal. "Si no te quieren los vecinos, es imposible lograr cuatro victorias. Me voy con el apoyo de mis ciudadanos", aseguró ayer tarde Crespo momentos antes de dejar la presidencia del PP a su sucesor.

Bajo los casi 13 años de gestión al frente del ayuntamiento, Manises ha experimentado un gran cambio con la llegada del metro, un hospital o un nuevo puente de acceso sobre el Turia, no exento de polémica por sus elevados sobrecostes y retrasos. Unas obras que acordó con la Generalitat y con la diputación. También creó numerosos parques y un servicio con cinco guarderías públicas que es la envidia de otros pueblos. Y la crisis paralizó su proyecto urbanístico: Gran Manises.