Con temperaturas por debajo de los cero grados, en mitad del monte, sin comida ni bebida y vestida con tan solo una chaqueta ligera y unos pantalones finos. De este modo ha pasado las dos últimas noches una mujer de 68 años que llevaba perdida desde la mañana del lunes y que fue localizada ayer tarde, milagrosamente viva, acurrucada debajo de un pino, en la ladera norte de la montaña de Calicanto, en término de Chiva. La mujer, María del Carmen M. O., sufría hipotermia, deshidratación y desorientación. Fue evacuada en una ambulancia del SAMU al Hospital General, aunque, en principio, su estado no reviste gravedad.

La mujer, que sufre una dolencia mental por la que estaba internada en una residencia en las Cumbres de Calicanto, aprovechó un descuido para escaparse en algún momento de la mañana del lunes. Fue precisamente a la hora de la comida cuando los trabajadores del centro la echaron de menos y alertaron de inmediato a su familia y a la Guardia Civil de Aldaia.

Esa misma tarde comenzó una intensa búsqueda de la mujer, espoleada por la previsión meteorológica, que ya anunciaba un fuerte descenso de las temperaturas para esa noche del lunes. El riesgo para la integridad de Mari Carmen era evidente, pero los rastreos, en los que participaron efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local y Protección Civil de Torrent, no dieron resultado, de modo que se retomaron a la mañana siguiente.

El martes tampoco hubo suerte, por lo que la Guardia Civil incorporó ayer por la mañana a las labores de búsqueda al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim), con sede en Ontinyent, y al helicóptero del instituto armado. Mientras parte de los agentes rastreaban la ladera sur, la que da a Monserrat, otros, a bordo del helicóptero, peinaban la cara norte, la más fría.

Sobre las cinco, avistaron y los agentes descendieron para revisar el terreno a pie. Unos instantes después, el primer guardia civil del Greim llegaba hasta la mujer, que estaba desorientada y temblaba de frío. El agente, al igual que los compañeros que llegaron a continuación, la abrigó con su propia ropa y le procuró calor. Después, la inmovilizaron en la camilla y la trasladaron hasta la carretera de Calicanto, donde aguardaba el SAMU. De no haberla avistado, es posible que no hubiese sobrevivido otra noche más a la intemperie.