La alternativa que lidera Ximo Puig para desbancar a Jorge Alarte de la secretaría general del PSPV tiene socios desde hace varias semanas —los afines a Leire Pajín y los ciscaristas—y ahora cuenta ya con un manifiesto. Un documento que radiografía la situación de la Comunitat Valenciana y del partido y ofrece propuestas en ambos campos.

Como avanzó el lunes este diario, el alcalde de Morella y sus coaligados quieren que sea su carta de presentación. Lleva por título «Un nou PSPV, una nova Comunitat Valenciana. Document per a la regeneració del PSPV y de la Comunitat Valenciana».

El escrito, al que ha tenido acceso este diario, no pasará inadvertido y augura polémica con la ejecutiva de Jorge Alarte. La alianza entre neolermistas, ciscaristas y próximos a Pajín critica al secretario general por haber centrado su acción política únicamente, sostienen, en denunciar los escándalos que han salpicado al PP y al Consell: Gürtel, Emarsa, el caso Fabra o Brugal. «Hoy, la sociedad nos ve como el partido que denuncia la corrupcion pero que no aporta soluciones en el problema que más les acongoja: el paro, la falta de empleo y oportunidades», dice el manifiesto, en el apartado en el que, tras hacer un «diagnóstico» de la situación valenciana, se pregunta «¿Y mientras todo esto ocurre, qué hemos hecho en el PSPV?».

A espaldas de la sociedad

La crítica coincide con los reparos que tanto el actual líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el exvicesecretario del partido José Blanco pusieron a Alarte, en sendas visitas en precampaña, al entender que se abusaba en exceso de centrar la acción política en denunciar la corrupción, tanto en las Corts como en los tribunales.

Se da la circunstancia de que Ximo Puig firmó, como miembro de la dirección del grupo parlamentario, cada una de las iniciativas judiciales adoptadas, como personarse como acusación popular en la causa de los trajes o interponer la querella por presunta financiación ilegal del PP en la otra rama Gürtel, que implica a constructoras contratistas de la Genealitat como Enrique Ortiz, Lubasa, Sedesa o Facsa. Puig puso reparos a ratificar esa iniciativa judicial y, hace unos días, marcó distancias con la decisión de recurrir al Supremo la absolución de Camps en la causa de los trajes.

Los críticos con Alarte, que impulsan a Puig como alternativa, consideran que «se ha adolecido de una alarmante falta de comunicación con la sociedad». «Nuestro mensaje no ha llegado ni ha sabido calar (...) y por otra parte, se han priorizado otro tipo de acciones abandonando el contacto y la interrelación con movimientos sociales, colectivos ciudadanos y vecinales», subra el documento. Dentro de esa ruptura de las terminales que conectaban al partido con la sociedad civil, se hace «mención especial» a los sindicatos. «Cuanto más necesaria era la unidad de acción entre el partido y los sindicatos, en especial con la UGT, más parece que se ha perdido esa conexión», dice el manifiesto. Dirigentes y afiliados de FSP-UGT están organizados en el PSPV y van de la mano del neolermismo.

A Alarte también le reprochan el «abandono» de los militantes y que no se haya cumplido el mandato del anterior congreso de potenciar al partido. «Ahora más partido, ahora más PSPV», reza el documento. Los críticos lamentan que a los afiliados no se les facilitan ni «argumentarios para rebatir la mala gestión del Gobierno de PP». Cuando, «somos una comunidad de tercera división (...) Somos la Grecia del Estado Español», sentencian..

Se reivindica, además, un discurso identitario, al que renunció Alarte antes incluso del congreso que ganó. «Debemos ser los mayores defensores de nuestra tierra, de nuestras raíces, de nuestra lengua. De todo lo que potenciamos cuando gobernábamos», apunta el escrito elaborado por las tres patas de la alianza antialartista.

Puesta de largo con simpatizantes ilustres

Que el primer paso sea decisivo y, para ello, resulta clave que la puesta en escena sea contundente en dos sentidos: que se evidencia una clara mayoría en el partido y que ésta no pueda encasillarse como mera suma de tribus. Puig, Pajín, Ciscar y los equipos que están trabajando las adhesiones a la candidatura del alcalde de Morella pretenden que se perciba como un «proyecto abierto en que no sobra nadie y faltan muchos dirigentes vecinales, sindicalistass o profesionales liberales». Por eso han encargado la elaboración de documentos a personas ajenas al PSPV y pretenden que varios simpatizantes ilustres estén en el acto de presentación en sociedad. No se celebrará hasta muy pocos días antes de que arranque, el 27 de febrero, la elección de delegados al congreso en las agrupaciones.

Si trasladan la sensación de que hay una sólida mayoría, creen que empezará el goteo de deserciones desde el alartismo. Por ahora, Puig, Ciscar y Pajín no han podido evitar la imagen de frente antialartista que consagró la fotografía del brindis en el Hotel Sevilla Congresos, publicada por este diario. Insisten en que están articulando un proyecto en positivo donde todos caben.