Miembro de distintas sociedades científicas nacionales e internacionales, el nuevo decano de Medicina de Valencia conoce bien la facultad que ayer le eligió. El catedrático Federico Pallardó, que se considera un «hombre de la casa», ha sido director de la Unidad Central de Investigación, coordinador de la Línea de Metabolismo y Daño Orgánico y vicedecano de asuntos económicos e investigación. Su equipo está integrado por Concha López, Miguel Cerdá, Miguel Ángel Sanz, Guillermo Sáez, Luis Aparicio y Marisa Guillem.

A partir de ahora, ¿qué proyectos desarrollará?

Mi programa tiene ocho ejes estratégicos. Los más importantes son los relacionados con los estudiantes y su representación así como con el grado para poder conseguir la descentralización de la docencia en los cuatro hospitales universitarios. Luego, hay problemas intrínsecos graves de la propia facultad como la falta de profesorado en algunas áreas, el envejecimiento del profesorado, que acometeremos en coordinación con los departamentos.

Mal momento para pretender contratar profesorado ante la limitación presupuestaria.

Por supuesto. Nosotros confiamos en las palabras esta misma semana del conseller de Sanidad en las que dijo que el personal de los hospitales universitarios será considerado como parte del engranaje docente de la facultad y que nuestros estudiantes podrán consultar y relacionarse con ellos en todo lo concerniente a las prácticas clínicas en esos hospitales.

Hay más catedráticos en las facultades de Física o Química que en Medicina ¿está de acuerdo?

Física y Química son dos facultades extraordinarias en nuestra universidad, posiblemente las mejores. Éste es un problema directamente relacionado con la promoción propia del profesorado y con el actual sistema de acreditación. Las ciencias experimentales básicas tienen más facilidad para promocionar a cátedra que los clínicos, que lo tienen mas difícil que con el sistema anterior.

La limitación de plazas es una constante en Medicina, ¿es partidario de ampliar la matrícula?

No, nosotros somos partidarios de mantener el actual número de estudiantes, que son 320 para Medicina y, también, hay que reducir las de Odontología, donde hay un problema más grave porque la Comunidad Valenciana tiene tantas escuelas de Odontología como toda Alemania. Además, en la actualidad, el número clausus para Medicina llega al máximo de capacidad docente que tenemos en estos momentos. Imposible aumentar. Así lo consideramos y también lo ha dicho muchas veces la conferencia nacional de decanos: no se necesita un incremento en el numero clausus.

¿Bolonia le ha sentado bien a la Facultad de Medicina?

Bolonia es complicada de poner en marcha , Medicina es más complicada todavía y, por lo tanto, es especialmente complicada ponerla en marcha. Es sobre todo en la carga clínica, en las prácticas, que se ha incrementado mucho y hemos tenido que crear un cuarto grupo. Supone un mayor esfuerzo docente, especialmente en las áreas clínicas, por eso, la necesidad de que cada uno de estos grupos vaya a cada uno de los cuatro hospitales universitarios.

El edificio de la facultad, desde la rehabilitación, es tan aséptico que es frío ¿va a hacer algo?

Ahora, poco a poco, estamos poniendo bancos. Vamos ahorrando y con lo que sacamos intentamos mejorar las instalaciones. Los alumnos han conseguido comprar otro microondas del dinero que les adscribimos para representación estudiantil y muebles para que puedan comer en el espacio reservados. En la medida de lo posible, lo mejoramos. El edificio tiene una serie de problemas. Es caro de mantener, muy grande, pero es un centro de investigación, las facultades de medicina son centros de investigación, llevan dentro una serie de problemas adicionales: tenemos laboratorios con equipos que valen muchísimo dinero, animales de investigación de distinto tipo, instalaciones muy sofisticadas que hay que mantener y llevar un control muy estricto de acceso para algunas áreas.

¿Será un decano con más presencia que el anterior?

El profesor Antonio Pellicer es una persona con gran prestigio personal y académico. Fui miembro de su equipo durante seis años y aspiro a continuar la labor que ha realizado, como la descentralización docente en los hospitales. La puerta de mi despacho va a estar abierta siempre.