El jefe del Consell, Alberto Fabra, empezó en Sevilla la carrera para consolidar su liderazgo al frente del PP en la Comunitat Valenciana con las dos instantáneas que más le interesaban: una fotografía junto a Mariano Rajoy, en un congreso diseñado, casi en exclusiva, para aclamar al nuevo presidente del Gobierno después de su espectacular victoria del 20-N. Y otra con la «legión» de compromisarios del PP de la C. Valenciana. Imagen y unidad.

Aliviado después de confirmarse la ausencia de Francisco Camps —cuya posible aparición en Sevilla generaba pavor en las filas del PPCV— y tras un nuevo golpe de autoridad con el relevo de una quincena de altos cargos para tratar de relanzar la gestión del Consell, Alberto Fabra inició su participación en el cónclave nacional del PP, que se celebra este fin de semana en Sevilla, siguiendo a pies juntillas la estrategia de hacerse un hueco como uno de los principales barones territoriales del PP, en un momento muy complicado por la grave situación financiera del Consell y lastrado por los casos de corrupción que azotan a los populares valencianos. Fabra necesitaba dos cosas: apariencia de poder y tratar de ofrecer imagen de unidad en las filas del PPCV. Y consiguió las dos en la primera jornada del cónclave popular.

La «foto» con Rajoy, aclamado en este congreso como gran líder del PP después de la victoria del 20-N, era el salvoconducto para empezar a dejar claro, entre la resistencia del núcleo duro del campismo, que la sala de mando del PP está ya controlada por el presidente de la Generalitat. El jefe del Consell llegó al Palacio de Congresos de Sevilla (sede de la convocatoria) «pegado» a Rajoy. Con la amenaza de Camps —convertido en el único elemento que podía pertubar a Fabra en este congreso— ya fuera de escena, la mejor manera de empezar a consolidar su liderazgo en el PPCV era dejarse ver a la vera de Rajoy.

Cinco minutos antes de las cuatro y media de la tarde y después de una primera sesión fotográfica informal en la que también participó el presidente de la Generalitat, Rajoy enfilaba la puerta de entrada del congreso acompañado de Cospedal, Ana Mato o Esteban González Pons. Fabra entró por un lateral y se hizo hueco, entre una nube de cámaras de televisión, para acompañar a Rajoy en la inauguración de la exposición-homenaje a Fraga.

El titular de la Generalitat fue uno de los pocos dirigentes territoriales que estuvo presente en el acto junto a la cúpula del PP; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; Rita Barberá, primera edil de Valencia; y ministros como Alberto Ruiz Gallardón o Ana Pastor. Fabra, precisamente, aparece en dos imágenes. Una, con Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, en el funeral de Fraga. Y otra, en sus años de juventud, junto al «alma máter» del PP. Conseguido el primer objetivo, Fabra enlazó, casi de inmediato, el segundo. Ofrecer un primer signo de unidad: protagonizó una «foto» de toda la delegación del PPCV en la que, en el centro y junto a Fabra, se colocó Barberá. En la foto fija del arranque del congreso, con todo, había ausencias notables como las de Alfonso Rus, Sonia Castedo y Mercedes Alonso.