Bruselas apoyará el corredor mediterráneo, como estaba previsto, y no dará alas al eje central ferroviario que pasa por Madrid, Aragón y los Pirineos (esquivando la Comunitat Valenciana y Cataluña) que ahora está intentando impulsar el Gobierno del PP. Fuentes de la Dirección de Transportes de la Unión Europea que dirige el comisario Siim Kallas, citadas ayer por El Periódico, aseguraron que no se va a modificar la propuesta presentada en octubre con apoyo del Gobierno español. En aquel documento sólo se incluían dos corredores prioritarios para España en la red básica transeuropea: el eje mediterráneo (que conectará la frontera francesa con Barcelona, Tarragona, Castelló, Valencia, Alicante, Cartagena y Almería) y el corredor atlántico (que unirá Portugal y Francia vía Madrid, las dos castillas y País Vasco).

La travesía central pirenaica, que había sido incluida por Fomento en el nuevo diseño ferroviario enviado a la Comisión Europea, "no alcanza las cifras de tráfico necesarias", "no aporta un valor añadido significativo", "no es realista ni es creíble", "no es realizable en el plazo exigido de 2030" y, por todo ello, "la decisión ya está tomada y no se modificará", según recalcaron las mismas fuentes de la Dirección de Transportes de la UE.

Este posicionamiento es coherente con las palabras oficiales del eurocomisario de Transportes, Siim Kallas, cuando el 19 de octubre presentó las redes de transporte prioritarias que cofinanciará la UE. "El túnel de los Pirineos [una perforación de más de 40 kilómetros para superar la cordillera] no es una idea muy realista. Estas infraestructuras siempre plantean graves problemas de seguridad", dijo Kallas.

El cambio en la Moncloa

El relevo en la Moncloa, sin embargo, había servido para resucitar el proyecto ferroviario central defendido por Madrid y Zaragoza (ambas comunidades gobernadas por el PP), que perpetúa el diseño radial de las grandes comunicaciones españolas. Aunque en su inesperada defensa del corredor central pirenaico la ministra de Fomento, Ana Pastor, asegurase que su riproposta ante Bruselas "no merma ni un ápice el compromiso del ministerio con el corredor mediterráneo", se temía que una hipotética inclusión del eje central en la red transeuropea implicara un retraso en la ejecución del corredor mediterráneo o una mutilación del recorrido por falta de fondos. Tras este pronunciamiento oficioso de Bruselas, parece que nada va a cambiar y que la polémica sólo será de consumo interno para contentar a Aragón y Madrid.