Nacieron primero en un contexto de alegalidad que luego se reguló con la ley de las televisiones digitales terrestres. Algunas surgieron de la voluntad privada, con la idea de servicio público, y otras lo hicieron con el impulso de las arcas municipales. Las televisiones locales y comarcales tuvieron su especial auge en la pasada década. Todos los consistorios querían contar con su propio canal y la lucha política se acentuaba por dominar los consorcios comarcales que tenían que regular hasta cuatro canales por demarcación, uno de ellos público.

Ahora, todo parece irse al traste. La empresa privada apenas puede sostener sus televisiones y los ayuntamientos están echando el cierre a los canales públicos que en su día dieron voz a los políticos locales, a asociaciones, colectivos y audiencia en general que se identificaba con la proximidad del producto audiovisual. La crisis deja también miles de hogares sin su programación extra en valenciano; la que aportaban las cadenas locales. La falta de audiencia, la poca publicidad, la crisis económica de los ayuntamientos y las guerras políticas han finiquitado un modelo audiovisual que pudo ser el dorado de la comunicación local y que ahora agoniza o se transforma en televisiones de internet o productoras que intentan colocar sus programas.

EL CAMP DE MORVEDRE

Sagunt se quedó sin televisiones locales hace algunas semanas, cuando la pionera emisión por internet de un canal municipal fue víctima de los recortes del gobierno popular. Esta ventana a la información institucional fundada en 2005 ofrecía en directo los plenos del ayuntamiento, además de otros contenidos sociales y culturales que se elaboraban desde el gabinete municipal de comunicación.

En una decisión adoptada por el PP en una junta de gobierno a finales del pasado año, el coste anual de 44.000 euros fue eliminado del capítulo de gastos como medida de ahorro cuando algunos registros daban a Sagunto TV entre 4.000 y 6.000 usuarios mensuales entre audiencia, consulta y utilización.

La variedad de plataformas digitales para acceder a la información del ayuntamiento fue uno de los motivos esgrimidos por el gobierno municipal, que solo ha encontrado contestación hace apenas unos días desde las filas socialistas. El principal grupo de la oposición en Sagunt considera esta desaparición «la pérdida de un ejemplo de participación ciudadana, que fue un modelo para varios ayuntamientos». En el ámbito privado, El Camp de Morvedre contaba con un par de televisiones, que han caído por no obtener licencia digital en el caso de la que tenía su sede en Canet y por problemas en la gestión en la que emitía desde Sagunt.

LA RIBERA

Prácticamente sin audiencia al quedar relegadas al ostracismo de la televisión analógica en plena era digital, las cadenas locales languidecen en la Ribera. Las antaño poderosas herramientas propagandísticas al servicio de alcaldes y partidos han perdido fuerza porque muy pocos vecinos las sintonizan. El cierre de la TV local de Cullera señala el camino de la extinción de un modelo, engordado en los años de bonanza económica, pero un lastre en plena crisis.

Con el cierre de la televisión de Cullera ya sólo quedan tres en antena: las de Algemesí, Sueca y Carlet. Pero es precisamente la de Algemesí la que con mayor empeño se resiste a caer y está dispuesta a convertirse en el germen de la futura televisión comarcal.

Responsables de Berca TV acaban de adquirir una de las licencias de TDT concedidas en su momento a la demarcación de la Ribera, la de Libertad Digital, que cerró sus emisiones hace años. La compra se realiza con capital privado y el objetivo es sacar a la televisión de Algemesí, y también a la de Sueca, del callejón sin salida.

El Ayuntamiento de Algemesí ya le ha adjudicado un concurso para que Berca emita en digital y Sueca también ha iniciado el mismo camino. «O nos embarcamos en esta iniciativa o cerramos las puertas», asegura uno de los promotores.

La idea es lanzar una oferta capaz de competir en el espacio de máxima audiencia con contenidos locales y comarcales y criterios de calidad y profesionalidad, aseguran. Para ello es preceptivo que el Consell dé su visto bueno al cambio de propiedad de la licencia de emisión.

Sueca y Carlet

El alcalde de Sueca, Salvador Campillo, aseguraba recientemente que era necesario hacer algo: «Estamos pagando una televisión que no da servicio, cada vez la ve menos gente y los ayuntamientos no podemos permitirlo», señala.

La fórmula legal era el consorcio comarcal pero la crisis se lo llevó por delante. La alcaldesa de Carlet, la primera que dijo que la TV comarcal era un gasto inasumible en época de crisis, mantiene que Tele Carlet seguirá emitiendo «a no ser que la conselleria nos diga algo», pero asegura que la presencia de su municipio en una futura TV comarcal permanece «aparcada» y, de momento, no se moverá de ahí. A Carlet le costaba unos 70.000 euros anuales su participación, un gasto que el consistorio no estaba dispuesto a asumir.

castelló

CASTELLÓ

La crisis económica ha desmantelado el mapa de la televisión digital terrestre de Castelló que diseñó en 2005 la Generalitat. Mediamed, el grupo de José Luis Ulibarri (implicado en la operación Gürtel) que consiguió licencias en las cuatro demarcaciones, ha cerrado sus canales, y la mitad de las licencias de Castelló están sin funcionar. Los ayuntamientos, asimismo, han recortado los gastos de publicidad y hay televisiones locales que se quedaron sin concesión (como Tele Benicàssim) han echado el cierre.

El panorama de las televisiones digitales locales es desolador. El apagón analógico y la crisis económica han reducido la presencia de la oferta local. Los consistorios, que en época de vino y rosas aportaron financiación a esta oferta local, que servía de altavoz de sus proyectos políticos, han ajustado sus ayudas por la precaria situación de sus arcas.

El Gobierno valenciano, de la mano del entonces portavoz del Consell, Esteban González Pons (ahora vicesecretario del PP nacional), dividió la provincia en cuatro áreas de TDT: Castelló, Vall d’Uixó-Segorbe, Vinaròs-Peñíscola-Benicarló y Morella-Vilafranca-Benassal. En 2005 adjudicó las de Castelló, Vinaròs y Morella y en 2010 hizo lo propio con la de la Vall d’Uixó. Cada zona se compone de cuatro múltiplex, de las que uno corresponde a los ayuntamientos. Siete años después, los consorcios municipales no se han desarrollado y sólo emiten ocho televisiones privadas locales de las 16 licencias.

Así, en la capital de la Plana están en antena Televisión de Castelló y un canal de Unedisa; en Vinaròs están en pie Televisión de Castelló, Canal 56 y Televisión de Ulldecona, mientras en Morella-Vilafranca, con una audiencia de 6.000 habitantes, sólo existe Televisión de Els Ports. Por su parte, el Consell revisó en 2011 la adjudicación de la zona de la Vall-Segorbe que había aprobado a finales de 2010. Reabrió el proceso de adjudicación tras un recurso presentado por Televisión Vall d’Uixó y retiraba las licencias que habían obtenido el grupo Tarson y Gestión de Medios de Valencia y Murcia (Mediamed). Mantuvo a Tv4 de Vila-real, que se ha aliado con Tarson de la Vall. Ambas retransmiten como TV4-La Vall.

Más dinero público

Además de la caída de la publicidad privada, el mapa audiovisual también ha visto disminuido el apoyo económico de los ayuntamientos. Los ejecutivos locales mantienen sus apoyos a las televisiones que resisten en antena como forma de promocionar sus municipios, pero han reducido de forma considerable los presupuestos en publicidad, según afirmaron fuentes de diversos ayuntamientos consultados por este diario. Asimismo, algunos consistorios han optado por cerrar televisiones locales, como es el caso de Tele de Benicàssim. Y hay grupos audiovisuales que han acordado la fusión para combatir la crisis ( TV4 y Tarson). La Generalitat habrá de replantear el modelo audivisual local visto el fracaso de la primera adjudicación de 2005.

Gandia destina un millón de euros al año para dos privadas

El Gobierno local del PP de Gandia acaba de adjudicar sendos contratos a las empresas Comarques Centrals TV e Inversiones Especiales del Mediterráneo para la producción y emisión de programas locales, especialmente centrados en fiestas, tradiciones y acontecimientos sociales y culturales que se desarrollan en la capital de la Safor durante el transcurso del año.

A cada una de estas empresas les corresponde medio millón de euros al año durante los próximos tres años, cantidad que, sumando el IVA, alcanza los 3,5 millones de euros. Las dos empresas beneficiarias, que fueron las únicas invitadas al concurso abierto por el ayuntamiento, son las que disponen de licencia para emitir en Gandia, y lo hacen a través de las marcas Telesafor.com y Tele7 Safor. El alcalde de Gandia, Arturo Torró, ha señalado que la mitad de ese millón de euros al año que irá a parar a las dos empresas televisivas se destinará a la futura televisión pública comarcal que deben poner en marcha los ayuntamientos de Gandia, Oliva y Tavernes de la Valldigna a través de un consorcio que aún no se ha constituido.

Esta adjudicación ha generado polémica política. Mientras el PP señala que así se garantiza la emisión de programas sobre aspectos locales, incluyendo la retransmisión en directo de deportes, actos de fallas, Semana Santa y otros, el PSOE y el Bloc-Compromís han criticado que ese dinero no se destine a la puesta en marcha de la televisión pública. Los dos partidos que están en la oposición han recriminado al PP que gaste más dinero en los contratos con las televisiones privadas de lo que costaba Gandia Televisió, la emisora pública.

En el caso del PSOE, también han recordado la «relación empresarial» que el alcalde, Arturo Torró, mantiene con una de las empresas adjudicatarias, Inversiones Especiales del Mediterráneo, aunque el PP lo ha negado. Los socialistas consideran que este contrato es «un escándalo», informa S. S.

L’Horta sólo mantiene abiertos dos canales que emiten por internet

En l’Horta, la llegada de las TDT supuso el fin casi definitivo de las televisiones municipales. De las tres teles históricas que ha habido, sólo dos sobreviven y lo hacen a través de internet y de las redes sociales, perdiendo así gran parte de la repercusión que sus noticias tenían para los vecinos de más edad, que seguían la programación local de manera tradicional.

En el caso de Mislata TV, la emisora cuenta con un director y tres técnicos que trabajan como empleados municipales. La tele ha dejado de hacer informativos diarios o retransmitir plenos para centrarse en hacer vídeos que cuelgan en su página web y distribuyen a través de las redes sociales. «Hemos alcanzado así un público más joven que antes no teníamos», señala uno de sus responsables.

Pioneros y sin TDT

La EMTV Puçol, gestionada por una empresa municipal, fue una de las primeras televisiones locales que se crearon en la Comunitat Valenciana e intentó engancharse a la TDT comprando franjas horarias a diferentes canales privados. Actualmente, sólo emite a través de su página de internet en programación casi continua y con programas de producción propia, informa V. C.