El escándalo de las ONG que de momento se ha saldado con la destitución fulminante de dos altos cargos de la Generalitat fue el último que acompañó a Rafael Blasco antes de que el expresidente Francisco Camps lo dejara sin cartera en junio de 2011. Sin embargo, no es ni mucho menos el único que ha salpicado al hoy portavoz del grupo popular. El nombre de Blasco, casi toda su vida en la primera línea política -los últimos doce como conseller del PP-, siempre ha acabado salpicado por escándalos relacionados con adjudicaciones públicas. Aunque cada polémica ha tocado diferentes ámbitos en función de las responsabilidades ejercidas por Blasco, hay actores que se repiten. Alguno de ellos, como Cesar Augusto Tauroni o Marc Llinares, estaban ayer al cierre de esta edición detenidos. El primero -un empresario de Alzira, que fue socio del hermano de Blasco- ha logrado a lo largo de los años numerosas concesiones públicas en áreas gestionadas por el exconseller. El segundo, un funcionario de la Generalitat, ha acompañado al portavoz del PP en las Corts en su periplo por distintas conselleries, sobre todo en momentos críticos de desavenencias con los técnicos.

Tauroni es, además, el nexo de unión entre el escándalo de las ONG y otra polémica que destapó Levante-EMV hace diez años cuando Blasco era conseller de Bienestar Social. Aunque en la sombra, Tauroni estuvo vinculado con la empresa Lonerson, una firma "dormida" que logró en UTE con Tissat en 2001 la gestión de los centros Mujer 24 horas por 6,7 millones de euros. La mercantil, que carecía de experiencia, era en realidad, según pudo demostrar en su día este diario, la empresa pantalla de GCS, una firma de informática administrada por Tauroni que también se llevó varias adjudicaciones de Bienestar Social. En aquella época el director de Lonerson era Emili Jesús Sanchis i Esparza, cuñado de Tauroni.

Lonerson pasó a ser administrada en 2005 por Adolfo Soler Sempere, el número dos de la trama de fundaciones y ONG que desvían dinero del Tercer Mundo a sus empresas. Sempere es administrador único de la firma Dinamiz-e y vicepresidente de la Fundación Solidaria Entre Pueblos; ambas columna vertebral del conglomerado. También moviendo los hilos y desde la sombra aparece el empresario Tauroni: su empresa GCS se encarga de la gestión administrativa de la fundación.En Sanidad, en época de Blasco, GCS también logró al menos una adjudicación por más de 123.000 euros.

Unidos por los negocios y la política

No sólo los negocios han vinculado a los Tauroni con la familia Blasco. El empresario alcireño -localidad natal del síndic popular-apareció en la escena política en 1996. Augusto César Tauroni participó activamente en la estrategia urdida desde el PSI (partido escindido del PSOE que lidera el expresidente de la diputación y exalcalde de Alzira, Francisco Blasco) en colaboración con militantes de Unión Valenciana para tratar de recuperar la alcaldía de la capital de la Ribera. Tauroni estuvo cerca de un año al frente de la agrupación local de Unión Valenciana y durante este tiempo colocó de número dos a Bernardo Blasco. Tras su aventura política, el hermano del exconseller y Tauroni montaron una empresa dedicada al por mayor de frutas y verduras. Tauroni dejó el cargo en 1999. Aparentemente el hermano empresario del exconseller y Tauroni tomaron caminos distintos; el primero se especializó en la promoción inmobiliaria y el segundo en el sector de la informática. Su empresa GCS ha obtenido adjudicaciones millonarias en la Administración. También ha contratado con el Hospital General que dirige Sergio Blasco, sobrino del exconseller. En unas declaraciones a Levante-EMV en abril de 2002, Tauroni afirmó que carecía desde hacía años de relación con los Blasco. Sin embargo, Tauroni fue visto años atrás en la Conselleria de Sanidad coincidiendo con la bronca que en 2006 se formó por un contrato millonario relacionado con la informática que acabó con el cese del jefe de informática de la conselleria.

Otras personas vinculadas al pasado político del exconseller también estuvieron en su día en el centro de la polémica al resultar beneficiados por contratos públicos. Es el caso de Joan Ramón Ferris, beneficiado en el polémico concurso de los geriátricos.

Los contratos de Marc Llinares en Salud Pública

Uno de los detenidos, Marc Llinares, comenzó a seguir la estela del exconseller Rafael Blasco en la Conselleria de Sanidad cuando éste le nombró jefe del área de informática para sustituir al "rebelde" Alfonso Jiménez, que presentó su dimisión al negarse a pasar por el aro y firmar un contrato de adjudicación con el que no estaba conforme.

Llinares ocupó el cargo hasta la salida de Blasco de Sanidad y le siguió a Bienestar Social.

Anteriormente, se había hecho cargo del área de informática de Salud Pública, un terreno de nadie donde el ahora detenido hacía y deshacía a su antojo, según informaron a este periódico fuentes próximas a la conselleria que indicaron que, durante años, empresas vinculadas a Llinares eran las adjudicatarias de contratos menores (inferiores a 18.000 euros) y de los negociados sin concurrencia (hasta 30.000 euros de cuantía).

Su conocimiento de las herramientas informáticas le llevó a saltar a la jefatura de área de Sanidad cuando Blasco buscaba una persona de confianza. Entre sus compañeros, se jactó de haberse comprado un barco y una moto de gran cilindrada. Posteriormente y tras quedarse Blasco sin conselleria, Llinares pasó a Educación. Hace unos meses, Blasco consiguió colocarle como jefe de informática en la Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas. Informa:P. G. B.