Las numerosas protestas estudiantiles que en 1986 bloquearon la política educativa de la Generalitat se están repitiendo 25 años después, los mismos que tiene la Federació Valenciana d'Estudiants (Faavem) que lidera Albert Ordóñez, detenido el pasado jueves y puesto en libertad la noche siguiente. La organización nació, precisamente, al albor de aquellas movilizaciones y revive en las de éstas. Entonces, fue el conseller socialista Ciprià Ciscar quien se encargó de desarticular la presión en la calle con decenas de reuniones, alguna subvención y mayor participación de los alumnos en los órganos institucionales.

Albert Ordóñez, que ayer aseguró en los pasillos de las Corts que "no estamos manejados por nadie", ha conseguido la firma de los grupos parlamentarios de la oposición -PSPV, Compromís y EUPV- en un manifiesto de la Faavem -tan antigua es que la EM de sus siglas es por Enseñanzas Medias- en el que se reivindica una "educación totalmente pública, laica y de calidad", que se aumenten los presupuestos y "sin más retrasos en los pagos" en los centros educativos, "eliminando la subvención a las escuelas concertadas", y que se incremente la participación estudiantil en el Consejo Escolar Valenciano, recuperando los once representantes que tenían hasta el año pasado.

El líder de este movimiento cree que algunos representantes políticos "están muy alejados de la realidad" pero, aun así, ha hecho llegar a la consellera de Educación, María José Catalá este manifiesto porque "el documento está abierto a todos los partidos" también al PP, apuntó.

"Nos preocupa mucho el futuro de la educación pública, ya que en los tiempos de crisis que corren se está recortando en sectores muy importantes como la educación" señala el texto de esta organización, que añade: "No podemos tolerar que las generaciones futuras no puedan recibir una educación digna y de calidad por los errores que se puedan tomar ahora, por lo que creemos que se deben realizar medidas correctoras y contundentes para mejorar la educación".