?"Le ha dado un ataque al corazón y no lo ha podido remontar" comentaba ayer su primogénito Paco. Había luchado varios años contra el cáncer, que le había dejado mermado físicamente, pero no estaba en el guión que, en la mañana de ayer, Francisco Segura cerrara el libro de sus 71 años de vida. Dejando como legado una de las empresas de matricería y estampación más importantes de España, un imperio, el Grupo Segura, que opera en cerca de medio centenar de países y que en los últimos años ha ampliando su actividad, saliendo del ámbito de la industria del automóvil para extenderse al mundo de las energías renovables.

Un grupo empresarial que surgió a golpe de iniciativa de todo un personaje, que tras titularse en las Escuelas Profesionales de San José, abandonó la profesión de maestro para abrir un pequeño taller de matricería, dando sus primeros pasos en la industria del juguete y el mueble. A finales de los setenta pasó a ser proveedor de IBM, pero su gran salto lo dio cuando, tras aprender todos los entresijos necesarios, se convirtió en suministrador de productos para la cadena de montaje de la factoría Ford de Almussafes.

El grupo ha ido creciendo progresivamente, contando ya con tres grandes plantas en la propia Almussafes, Burjassot y, desde el año 2008, en Hungría, desde donde también da servicio a la industria de la automoción de Europa central. Todo ello, bajo la premisa de que el cliente es lo primero y hay que servirle con rapidez, dinamismo e implicación del personal.

En el año 2003 recibió el premio Nova a la mejor empresa de la Comunitat Valenciana en el año 2003 (en la foto). Ese fue, posiblemente, el momento culminante de la empresa, aunque el de la persona había llegado nueve años antes, cuando su hija, Laura Segura, fue nombrada fallera mayor de Valencia de 1994. Un cargo que disfrutó tanto como ella. Sin encomendarse a nadie, no dudó en hacerse una corbata con el corte de tela que llevó su hija, un azul con el que luego recubrió el Alameda Palace para casarla, casi un color corporativo de la empresa.

En los últimos años, el grupo empresarial ha mantenido la cohesión familiar -herencia de su patriarcado-, hasta el punto que los cuatro hijos (Francisco, Jorge, Laura y Esther) han seguido formando parte del mismo y ya habían empezado a tomar las riendas. Antes de la enfermedad ya h abía sufrido un grave accidente de circulación que le había mermado las fuerzas, pero la segunda generación estaba en marcha. En los últimos tiempos también han apostado por la solidaridad social en el trabajo, al incorporar trabajadores con discapacidad intelectual en una de las empresas del grupo, Pincasa. Segura deja esposa, Emilia Hervás.

La incorporación al mercado de la energía termosolar es uno de los últimos pasos en la actividad empresarial, con la creación de la firma SRB Energy, con sedes en Almussafes y Suiza.

El nombramiento de su hija lo sumergió en el mundo de las fallas, que no se convirtió en una novedad pasajera. Acabó siendo parte de su vida. Desde entonces era vicepresidente de la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal. Recientemente ya vio a su nieta Esther convertida fallera mayor infantil de la comisión, para la que ejerció de abuelo-mantenedor y acababa de conocer a la última componente de su prole de tercera generación: Daniela, hija de su primogénito.

No siempre fácil en el trato -él mismo acabó por admitirlo-, lo que nadie le podrá negar es su espíritu emprendedor, que se queda como legado de su obra: la capacidad para, desde cero, llegar a crear un colectivo con casi 600 familias a su cargo.