Manifestaciones multitudinarias de estudiantes, un auténtico debate global a través de internet y las redes sociales, la referencia del jefe de Policía de Valencia al "enemigo" y el anuncio de posibles medidas legales por la actuación de los agentes han marcado los diez primeros días de lo que se ha venido a denominar la 'primavera valenciana'.

La mecha se encendía el pasado 15 de febrero, cuando un menor de edad, alumno del IES Lluís Vives de Valencia, era detenido en una protesta no comunicada contra los recortes en educación y los retrasos del Consell en el pago de los gastos de funcionamiento de los centros.

Al día siguiente, la coincidencia de una manifestación estudiantil --programada previamente-- y una concentración para rechazar el arresto del joven hizo estallar el primer enfrentamiento entre los manifestantes y la Policía Nacional, que se saldó con 10 detenidos. Entre ellos, se encontraba el presidente de la Federación valenciana de estudiantes (Faavem), Albert Ordóñez, la única organización estudiantil presente en las mesas de negociación con la Conselleria de Educación.

Las imágenes de las cargas policiales comenzaron a despertar las protestas, en primer lugar de organizaciones estudiantiles y padres de alumnos, a las que, paulatinamente, se fueron sumando partidos políticos, organismo de carácter nacional e instituciones internacionales, incluidas Amnistía Internacional y Save the Children.

Con el instituto Lluís Vives convertido ya en símbolo del movimiento estudiantil, el 17 de febrero fue otra jornada salpicada de tensión, que acabó con seis detenidos más y nueve heridos --cuatro manifestantes y cinco agentes-- en altercados registrados frente al complejo policial de Zapadores.

Durante el fin de semana, la revuelta se diluyó en la manifestación contra la reforma laboral para volver con más fuerza el lunes 20, cuando el centro de Valencia se convirtió en escenario de una persecución entre estudiantes y Policía. Las imágenes de estos incidentes comenzaron a dar la vuelta al mundo gracias a Internet y las redes sociales.

Se acuña entonces la etiqueta #primaveravalenciana, que inmediatamente se convierte en 'trendig topic', es decir, tema de interés mundial en twitter. Además, los vídeos de la cargas policiales colgados en Youtube son visionados por decenas de miles de personas. Mientras, publicaciones de referencia europeas y estadounidenses dedican artículos a analizar los sucesos y hacen notar el contexto socioeconómico en el que se desarrolla, con una Comunitat Valenciana que señalan como "la más endeudada de España".

Dada la creciente dimensión del fenómeno --que hizo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtiera de que el país "no puede dar esta imagen"-- la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, --objetivo principal de las críticas y a la que los estudiantes exigen su dimisión-- y el jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, comparecen ante los medios. En esta rueda de prensa, Moreno pronuncia una de las frases más polémicas, cuando se niega a facilitar información "al enemigo" (en referencia a los manifestantes) sobre sus "fuerzas y debilidades". La "figura retórica" --como un sindicato policial ha definido la expresión, que el propio Moreno ha reconocido que fue "una equivocación"-- encendió aún más los ánimos de los estudiantes. "Nosotros no somos los enemigos de la Policía, somos sus hijos", replicaba el dirigente estudiantil Albert Ordóñez.

SE REBAJA EL TONO

Tras llegar a su punto más álgido, el tono de las manifestaciones se rebajó, mediante una significativa reducción de los efectivos policiales y diversas reuniones con los representantes estudiantiles (Paula Sánzhez de León y la consellera de Educación, María José Catalá, recibieron a Faavem).

Aun así, la agenda reivindicativa no ha parado y el 22 de febrero volvió a demostrar su fuerza con una gran marcha --esta vez apoyada por partidos de izquierda y decenas de entidades cívicas-- en la que los jóvenes exhibieron libros como "únicas armas".

También en la manifestación contra los recortes en el sector público convocada por cinco organizaciones sindicales y celebrada este mismo sábado en las tres capitales de provincia hubo alusiones a los enfrentamientos entre policía y estudiantes, ya que los asistentes volvieron a pedir la dimisión de Sánchez de León, al tiempo que recordaban que son "el pueblo, no el enemigo" y pedían "menos maderos y más lapiceros".

En cualquier caso, el colectivo juvenil insiste en que va a proseguir con las protestas, que han tenido también como escenario la sede de la Conselleria de Educación, la del PPCV o los domicilios del expresidente de la Generalitat Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

De hecho, el Sindicat d'Estudiants ha convocado una huelga general educativa en todo el Estado, ya que la llamada primavera valenciana ha 'florecido' en las agrupaciones estudiantiles de toda España y de otros lugares del mundo, que han expresado su "solidaridad" con los alumnos valencianos.

BATALLA POLÍTICA

Pero el conflicto no solo se ha desarrollado en las calles, ya que se ha trasladado también al plano político con acusaciones mutuas. Así, mientras los partidos de la oposición han acusado al PP de utilizar a la Policía para "reprimir de una forma desproporcionada y brutal a menores de edad", los 'populares' han afeado a las fuerzas de izquierda de "ponerse de lado de la protesta violenta e ilegal", en palabras del ministro de Educación, José Ignacio Wert.

En la misma línea, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, acusaba a la oposición de "perjudicar la imagen de la Comunitat" con argumentos "falsos" sobre la situación del sistema educativo público valenciano e, ironizando con el apelativo de primavera, acusaba a los socialistas de haber llevado a la Comunitat un "invierno glacial".

De momento, las movilizaciones han dejado más de 40 detenidos que se encuentran en libertad con cargos por desorden y resistencia a la autoridad. Por su parte, algunos de los afectados han anunciado ya que llegarán a los tribunales.

Es el caso de padres de varios de los alumnos que resultaron detenidos y heridos durante las manifestaciones --que están estudiando interponer una demanda conjunta-- o del Sindicato de Estudiantes, que ya ha puesto el caso en sus servicios jurídicos y que anunciará en los próximos días las medidas concretas.