El exdeliniante y empresario alcireño Augusto César Tauroni es de los que no les gusta salir en la foto, más desde que abandonara la política en los años 90 y se dedicara por completo a los negocios, en algunos casos también en la sombra. Su primera aventura empresarial la tuvo con Bernardo Blasco, hermano del Síndic del PP en las Corts, Rafael Blasco. Pero no fue el único camino que se cruzó con el exconseller.

La figura de Tauroni siempre ha ido ligada al veterano político del PP. No en fotos y saraos, pero sí en contratos públicos vinculados a las conselleries por las que pasaba Rafael Blasco. En 2002, la polémica adjudicación por 6,7 millones del teléfono de las maltratadas cuando Blasco era conseller de Bienestar Social acabó en manos de la empresa Lonerson, una mercantil con menos de ocho meses de funcionamiento. Aunque el apellido Tauroni no aparecía, Lonerson compartía sede, teléfono y personal con CGS, la firma administrada por el empresario ahora encarcelado.

Es curioso que años después del escándalo y tras desaparecer del mapa Lonerson, fuera CGS la que llevara entre 2009 y 2011 los teléfonos del menor, los dependientes y otros servicios de la Generalitat.

Al saltar la polémica de las adjudicaciones informáticas en la Conselleria de Sanidad cuando Blasco era conseller, también apareció el empresario. Además, en esta área CGS ha contratado con el Hospital General de Valencia, que dirige el sobrino del exconseller Sergio Blasco, agraciado recientemente con tres décimos de la lotería en el pasado sorteo de Navidad cuyo premio repartió el imputado en el caso Emarsa Enrique Crespo.

Pero el ocaso de Tauroni ha llegado con el entramado de ONG. En un principio, el empresario no aparecía como administrador de ninguna de las empresas vinculadas, ni tampoco en el patronato de las fundaciones. Aun así, los trabajadores de Hemisferio sabían que era quien movía los hilos de las operaciones, según explicaron a este periódico.

Tales eran las reservas por no aparecer en la Fundación Hemisferio que se alquilaron dos pisos para su sede. En una de las viviendas habilitadas como oficinas se encontraba el equipo técnico, mientras que en la otra estaban Tauroni y los otros dirigentes. El personal tenía prohibido el acceso a esta parte de la sede.

Tras estallar el escándalo, este periódico ya relacionó a Tauroni con Mecanizados Inelme, cuyo propietario, Fernando Cañete, también está imputado en el caso. Meses después y por algún motivo que se desconoce, según la policía, aparece como presidente de Hemisferio. Además, crea una empresa constructora en Miami.

Esta actuación en los negocios fue calcada a la operación que en los años 90 urdió junto a miembros de la familia Blasco para sacar al PSPV del gobierno del Ayuntamiento de Alzira. Crearon un partido llamado PSI que lideraba el expresidente de la diputación y también hermano del exconseller, Francisco Blasco. Para ello se intentaron valer de Unión Valenciana, partido en el que habían militado Bernardo Blasco y Tauroni. La actuación policial ha frenado la carrera empresarial de este hombre en la sombra.