No se había visto nunca al portavoz de Compromís en las Corts, Enric Morera, tan indignado como ayer. Y es que, como apuntó tras la junta de portavoces, «alguien ha pasado la línea que separa la vida política de la vida familiar». Acto seguido, anunció que denunciará a la Fiscalía la «detención irregular» de su hija, menor de edad, así como la «filtración de información» con datos «confidenciales» sobre ella y las «difamaciones e insultos» de responsables del PP, a raíz de que el lunes fuentes policiales informaran de que el líder de Compromís había recogido el domingo a su hija de dependencias policiales tras ser detenida junto a otros jóvenes como presuntos autores de pintadas en edificios históricos relacionadas con la «primavera valenciana».

«Algunas fuentes policiales han puesto a disposición de cargos del PP información reservada» sobre un menor, advirtió Morera, quien censuró que haya quien «utilice técnicas de regímenes poco democráticos con fines partidistas». «Que me critiquen a mí, pero a mi hija, que la dejen en paz», aseveró, para añadir: «Quien ha dado esta información tiene para preocuparse. Voy a por él».

En concreto, Morera ha identificado al «primero que dio esa información», el asesor municipal del PP en el Ayuntamiento de Valencia Luis Salom, a través de Twitter. Y avanzó que preguntará al subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Santamaría, si tenía esa información y se la dio a Salom, toda vez que en su día, como responsable de Participación del Consell, «se controlaban todos los tuits de la Generalitat y se organizaban ‘trolls’ contra ciudadanos». A raíz del «tuit» de Salom, cargos del PP como la exconsellera Trini Miró, el diputado Antonio Peral o la alcaldesa Ana Kringe, explicó Morera, insultaron a su hija.

El síndic de Compromís, que defendió que su hija en ningún momento fue autora de ninguna pintada, señaló que fue una «persecución» contra ella, a la que la Policía fue a buscarla «directamente». Relató que la noche del sábado su hija se encontraba con 30 amigos más del IES Lluís Vives, en la zona del jardín del Hospital [cerca del instituto]. «En ese momento apareció la Policía y, curiosamente, a la única que se trasladó, aislada en un coche patrulla» fue ella, a la que «interrogaron con la intención de que reconociera la autoría de unas pintadas».

Esto pasó «sin la presencia de sus padres ni de un abogado y sin informarles de sus derechos y de la causa de su detención», resaltó. Los jóvenes, enfatizó Morera, no fueron «sorprendidos por la Policía haciendo esas pintadas». El diputado advirtió que con la filtración de datos de un menor se ha cometido un «delito gravísimo». Y está dispuesto a llegar hasta el ministro.