En su declaración ante el juez José Castro el expresidente del Instituto Nóos, Iñaki Urdangarín, exprimió hasta el extremo una estrategia de defensa consistente en subrayar que su papel en la entidad que organizó el Valencia Summit era de mero conseguidor. En esencia vino a dibujar una sociedad -la de él y Diego Torres- en la que el duque de Palma aportaba la tarjeta de visita de yerno del Rey -un caramelo para la foto con políticos- y Torres era quien se encargaba de la intendencia de la organización y de fijar y negociar contratos y precios. Esa es la versión de Urdangarín, según se desprende de la declaración judicial a la que ha tenido acceso este diario.

En la pata valenciana del caso se cumplieron esos preceptos. Así, Urdangarín declaró ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma que él "no fijó la suma de 900.000 euros", 1.044.000 sumado el IVA, como canon anual por la organización del Valencia Summit. Esa cifra se abonó a medias entre la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y la Fundación Turismo Valencia, controlada por el consistorio de Rita Barberá, en 2004, 2005 y 2006.

"Nunca vi el presupuesto", explicó Urdangarín, tras señalar que todos los "trámites se hicieron con Diego Torres". Es más, "nadie me dijo que tenía que rendir cuentas de esas sumas [522.000 euros anuales por cada una de las dos instituciones, gastos aparte], ni sé que se lo hayan dicho a nadie", llegó a advertir el duque de Palma.

El juez preguntó en que se basó Nóos para fijar esas cantidades y no otras. Urdangarín aclaró que fue Diego Torres y que ese canon se fijó dado lo "genuino" del proyecto y la "necesidad de traer expertos internacionales". "Me parece la cifra correcta, atendida la exclusividad del proyecto" y la contratación de "equipos humanos muy profesionales", justificó el marido de la Infanta Cristina. En un momento de su declaración dijo "desconocer" que se hubiera producido algún "proceso de negociación" con tiras y aflojas sobre la cuantía que debía pagar la Generalitat y la fundación para la promoción del turismo en Valencia. En cualquier caso, el expresidente de Nóos entiende que el dinero estuvo bien empleado. Así, subrayó que el primer evento, el de 2004, "fue todo un éxito y por eso se renovó". Ante esta respuesta, el juez Castro señaló que el "éxito no es excusa para justificar el coste ya que hubiera podido obtenerse a precio inferior". "También a precio más caro", replicó Urdangarín. Durante su maratoniana comparecencia judicial de más de 22 horas en jornadas de sábado y domingo, el juez del caso Palma Arena (del que se despiezó la parte de los contratos de Nóos con el Govern balear, el Consell y Turismo Valencia) también preguntó por el informe elaborado por la directiva de Cacsa Elisa Maldonado para intentar justificar los pagos. Un documento exigido por el Síndic de Comptes que, según declaró Maldonado, fue confeccionado "para vestir el santo", a posteriori y con una falsificación de la fecha. "No sé nada al respecto", zanjó Urdangarín.

Más de 5 millones en Valencia

Respecto a las aportaciones privadas para patrocinar las ediciones del Valencia Summit, el duque de Palma explicó que no podía precisar las cantidades que se aportaron pero que aproximadamente "podrían suponer una cifra de hasta 200.000 euros". De esta forma, Nóos habría ingresado en Valencia más de cinco millones de euros por las tres ediciones de las jornadas sobre eventos deportivos y turismo. Unos 3,2 millones por el canon; un millón por gastos; 382.000 euros por la organización de los Juegos Europeos que nunca se hicieron y unos 600.000 euros de patrocinadores privados.