Hay una máxima que reza que el presupuesto es política en estado puro. Y su reparto a través de las diferentes líneas de gasto, la plasmación de las prioridades de un Gobierno. Con estas premisas, la carga de los intereses de la estratosférica deuda que arrastra la Generalitat se encaramó en 2011 hasta el cuarto lugar entre las políticas de gasto de la Administración valenciana, según los datos sobre la ejecución presupuestaria del ejercicio pasado hechos públicos por el Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro. Nada menos que 632,38 millones tuvo que dedicar el Consell a los gastos financieros -una losa de 1,73 millones cada veinticuatro horas-, lo que supone un incremento del 32% con respecto a 2010, cuando se pagaron 479 millones. Los recursos destinados a los intereses superan los presupuestos por separado para este ejercicio de siete conselleries; todas, salvo Sanidad, Educación y Justicia y Bienestar Social.

La crisis de la deuda en 2011, que disparó los costes financieros del endeudamiento de la Generalitat, unido al abono de intereses de demora por los impagos del Ejecutivo, está detrás del alarmante aumento, una muestra palpable de cómo la hipoteca del masivo recurso al crédito de los últimos 15 años pasan ahora, cuando más necesitada está la Administración, factura. Los 632 millones superan los fondos que el Consell destinará este año para todo el ejercicio a la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, 487 millones; a la de Turismo, Cultura y Deporte, 409 millones; y a la de Agricultura, Pesca y Alimentación, 312 millones. Pero también a otras como Economía, Industria y Comercio, 195 millones; Hacienda y Administraciones Públicas, 183 millones; Gobernación, 106 millones; y Presidencia, 44 millones. La "Conselleria de los Intereses" sólo se ve superada por el gasto en Justicia y Bienestar Social, 997 millones; Educación, 4.537 millones; y Sanidad, 5.492 millones.

Un 16,5% más al sector público

El detalle de la ejecución de los gastos -una información que no figura en la liquidación de 2011 que hizo pública el Consell esta semana- revela que el descenso en los gastos del 3,8% (de 15.352 millones en 2010 a 14.480 el año pasado) se centró en las transferencias corrientes y de capital de la Generalitat a sus organismos y otros entes, mientras que los gastos de funcionamiento sólo se redujeron un 1,03% y los de personal, un 2,48%.

Otros capítulos registran incrementos, pese a la austeridad y los ajustes, sorprendentes, como el de las aportaciones de capital a las empresas públicas. Con un desembolso de 346 millones, se destinó un 20,4% más de lo presupuestado y un 16,5% más que durante el ejercicio de 2011.

La Generalitat dejó sin pagar la mitad de la inversión y el 30% del gasto de funcionamiento

Los datos de ejecución de 2011 aireados por el Ministerio de Hacienda desvelan que la Generalitat dejó sin pagar el año pasado la mitad de la inversión directa y de las transferencias de capital (subvenciones para que otros entes inviertan), lo que supuso un total de 940 millones pendientes de abonar. El Ejecutivo ejecutó inversiones gestionadas por las conselleries por importe de 768,2 millones, de los que pagó 390,7, el 50,9%, dejando sin abonar a las empresas contratistas 377,5 millones. En cuanto a las transferencias de capital, reconoció obligaciones por 1.137,9 millones, pero sólo desembolsó 575,4, el 50,7%, de forma que 562,5 quedaron pendientes.

Además, el Consell acabó el año sin abonar más del 30% de sus gastos de funcionamiento, otros 778,1 millones, una losa para los proveedores de la Administración. De los 2.566,4 millones gastados, a 31 de diciembre únicamente había afrontado 1.788,3, el 69,68%. La tercera pata de la soga que ha atenazado a contratistas y proveedores está en las transferencias corrientes, que incluyen todo tipo de subvenciones, conciertos o farmacia. El Consell ejecutó 3.638,3 millones, pero pagó sólo 2.730,6, el 75%. Uno de cada cuatro euros gastados, 907 millones, quedaron sin abonar. El total de impagados a contratistas y proveedores por estos tres capítulos sumó 2.625 millones.

Los datos del ministerio no coinciden con los de la Generalitat porque estas cifras se presentan incluyendo ochos organismos, entre ellos el Servef. Los balances reflejan un déficit -sin contar el recurso a la deuda- del 3,68% del PIB valenciano, unos 3.800 millones. En 2010 el déficit fue del 3,60%. El "misterio" es cómo es posible que el Consell liquidara sus cuentas de 2011 con 785 millones más de déficit presupuestario (de 2.857 a 3.642 millones) y en cambio en las cifras del ministerio sólo pasó del 3,60% al 3,68% del PIB.