El exgerente de Emarsa Esteban Cuesta acudió ayer por novena vez a declarar ante el juez Vicente Ríos, la fiscal y las partes personadas en la causa por el saqueo a la depuradora de Pinedo. Al contrario que en las anteriores ocasiones, Cuesta sólo aceptó preguntas de su abogado, Jorge Bolás, y leyó una documento de 24 páginas en el que aportaba comentarios que no había revelado en las casi 40 horas de interrogatorios que ya había afrontado.

Cuesta quiso manifestar antes de empezar su declaración que ya no puede más. En este momento aprovechó para afirmar: "Me siento amenazado y he recibido presiones de toda índole, incluso de altas esferas, para que no hable". El exgerente de Emarsa no aclaró quiénes son esas altas esferas ni se dejó preguntar por cuál es esa amenaza que siente.

Cuesta afirmó que se mantenía en todo lo declarado anteriormente, entre otras cosas, las acusaciones de que el exalcalde de Manises Enrique Crespo "conocía todo lo que ocurría" en la depuradora de Pinedo.

El exgerente asegura que se arrepiente y que asume la responsabilidad que le corresponde, "sobre todo por no darme cuenta antes de cómo unos y otros me han utilizado o manipulado, pero no estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de otros".

Cuesta reconoció que no estaba capacitado para gestionar una depuradora como la de Pinedo y que no tiene "ni idea" de contabilidad, cuestiones financieras o empresariales o informática. "Cres?po me dijo que no me preocupara, que él se encargaría, que tanto iba a controlar la empresa que me ponía a una persona de su plena confianza y el director financiero y el jefe de Informática me indicaron que ellos se encargaron de todo", apuntó.