El Tribunal Supremo ha impuesto tres meses de prisión a un legionario valenciano que no se reincorporó a su puesto porque cayó en una depresión tras sufrir una ruptura sentimental. Un psiquiatra de Valencia certificó que el militar estaba bajo de moral, pero los jueces consideran que se debía haber presentado en su unidad. El profesional se desentendió durante dos meses de sus compromisos con el Ejército.

El profesional estaba destinado en la base Álvarez Sotomayor en la población almeriense de Viator. La sentencia explica que el legionario se encontraba de baja por haber sufrido una contusión en el tobillo izquierdo tras haber sufrido un accidente de tráfico y que el 21 de noviembre de 2008 acudió a los servicios sanitarios del acuartelamiento para pasar la revisión médica.

La unidad estaba de maniobras y no había médico militar por lo que fue requerido por el servicio del cuartel para que se presentase la semana siguiente, en concreto el 4 de diciembre de 2008.

El militar ya no se presentó ese día y permaneció «fuera de todo control militar hasta el 5 de febrero de 2009».

El apartado de hechos probados de la sentencia recoge que los responsables de la unidad trataron de contactar telefónicamente con el acusado el 3 y 4 de diciembre de 2008.

Un alférez pudo finalmente hablar con el padre del imputado el 9 de diciembre y le informó de la situación irregular de su hijo. Ese mismo día, el procesado llamó al alférez, le comentó que tenía problemas personales y se comprometió a presentarse en la unidad al día siguiente, cosa que no hizo.

Los responsables de la compañía trataron de contactar sin éxito con el legionario los días 11, 12 y 16 de diciembre. Al final, volvieron a hablar el 17 de diciembre con el padre del acusado y le explicaron la situación.

Poco después, el sargento primero, que era el auxiliar de la compañía, recibió una llamada del procesado en la que insistía en que «se encontraba muy mal psicológicamente», pero siguió sin desplazarse a Almería para reincorporarse a un puesto que le pertenecía.

Consulta psiquiátrica

Ese mismo día —el 17 de diciembre— fue reconocido por un psiquiatra en Valencia que «le diagnosticó una depresión moderada como consecuencia de haber sufrido una ruptura en su relación sentimental», según precisa el apartado de hechos probados de la sentencia. El médico le propuso al legionario que tramitara una baja de dos semanas, pero no lo hizo. El psiquiatra diagnosticó que el militar «sufría una depresión moderada que mermaba sus facultades».

El acusado volvió a la consulta del mismo psiquiatra en Valencia el 28 de enero de 2009 y el médico comprobó que estaba mejor y le propuso el alta.

La sentencia añade que los informes emitidos por el servicio de psiquiatría del Hospital Militar de San Fernando en Cádiz advirtieron de que el procesado tuvo «dificultades de adaptación» y que en el momento de la ruptura sentimental con su pareja pudo tener una disminución en su capacidad mental pero podía haberse presentado «en la unidad a fin de regularizar su situación médica».

El acusado fue condenado por el Tribunal Militar Territorial Segundo por un delito consumado de abandono de destino en diciembre de 2010. El Supremo ha confirmado ahora la condena porque el legionario no solicitó la baja médica a pesar de la recomendación que le hizo su psiquiatra.