Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, y con ellas millones de desplazamientos de vehículos, los conductores deben saber que hay determinados puntos kilométricos que concentran un mayor número de accidentes. Los puntos negros se reparten de norte a sur de la C. Valenciana. La reducción de percances depende de las mejoras en los viales y de la precaución de los coches. La carretera avisa, comarca a comarca.

La Ribera: A-38 entre Sueca y Cullera

En poco más de tres años desde la apertura de la autovía, el tramo final de la circunvalación de Sueca en dirección a Cullera se ha convertido en una trampa mortal para los conductores. El kilómetro 253 de la antigua carretera nacional 332, actual autovía A-38, acumula ya cuatro accidentes mortales desde su inauguración, según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT). El último se registró hace dos semanas cuando fallecieron dos personas al chocar frontalmente un coche con un camión.

La elevada siniestralidad ha obligado a la DGT a incluir la variante de Sueca como un punto negro en sus registros. Según los datos del organismo dependiente del Ministerio del Interior, el punto exacto donde el jueves fallecieron dos personas y donde confluyen los términos de Sueca y Cullera, es, desde su apertura, el de mayor conflictividad de toda la antigua N-332, sólo igualado por los cien metros de la salida de Oliva en dirección a Alicante, que también ha registrado cuatro accidentes mortales desde 2008.

La A-38 la inauguró el 23 de julio de 2008 la entonces ministra de Fomento Magdalena Álvarez y su apertura puso fin, paradójicamente, al punto negro que suponía para el tráfico el embudo de Sueca y también la peligrosa N-332 en dirección a Cullera, que también se ha cobrado numerosas muertes. Informa Carlos Alós.

Requena-Utiel-Buñol: diferentes enclaves de la A-3

A pesar de la reducción de la siniestralidad en las carreteras de las comarcas de Requena-Utiel, La Hoya y el Valle. Todavía siguen existiendo puntos negros en la red viaria, todos en la autovía A-3 donde hay señalizados hasta tres tramos declarados como de acumulación de accidentes. El primero en el kilómetro 292, en Requena, el segundo comprendido entre los puntos kilométricos 306,5 y 315, en los términos de Siete Aguas y Buñol, y el tercero en el kilómetro 319, en el viaducto de Buñol.En el primer punto negro el principal peligro era una curva, que con la calzada mojada, provocaba numerosas salidas de vía, sobre todo de camiones.

Actualmente la velocidad está limitada a 100 kilómetros/hora. En el término municipal está el tramo más largo, casi 11 kilómetros, con puntos más conflictivos en los kilómetros 306,5, 310 y 315, ahora tiene limitada la velocidad a 100 kilómetros. En el viaducto de Buñol se ha construido un tercer carril, colocado un radar y reducido la velocidad para evitar los siniestros provocados por coches averiados o accidentados que anteriormente reducían la circulación a un sólo carril. Informa José Ferrer.

L'Horta: la A-3 y la V-30

En la comarca de l´Horta, han desaparecido en la última década muchos de los históricos puntos negros a raíz de intervenciones de las diferentes administraciones, como es el caso del Camí de Sant Onofre entre Aldaia y Quart de Poblet, la carretera Pla del Pou que conecta Paterna con la Canyada o los accesos a Godella desde el corredor comarcal —la obra más reciente—.

No obstante, se mantienen algunos puntos negros que registran un largo historial de accidentes y fallecimientos como la llamada «curva de los peones camineros» de la carretera que une Torrent con Montserrat. Otro de los puntos graves se sitúa en Xirivella, cuyo término municipal hace de enlace entre la autovía A-3 y la V-30, que no tienen todavía un acceso directo. Por ello, hasta hace pocos meses, camiones de gran tonelaje atravesaban una plaza del casco urbano con el consiguiente peligro y ahora que se ha cerrado este paso, usan una ronda que les obliga a hacer un cambio de sentido en una rotonda urbana y se producen vuelcos. En 2011 se registraron 10 vuelcos.

En l´Horta Nord, algunos de los puntos que se mantienen son por el uso de vías pecuarias o caminos rurales para ir de un municipio a otro. Así, en el Camí a la Mar que une Foios con el barrio Roca-Cuiper, sin iluminación y apenas señalización, las acequias están invadiendo la calzada y en ocasiones, los vehículos caen al cauce. En el Camí del Cementeri de Foios a Vinalesa hay una curva peligrosa que también provoca vuelcos de los vehículos. Y las colisiones son frecuentes en el atasco de la CV-300 —la antigua carretera de Barcelona— entre Tavernes y Almàssera. Informan L. S. y S. Ros

El Camp de Morvedre: dirección al mar y a la montaña

Los puntos negros se han visto reducidos considerablemente en El Camp de Morvedre con la construcción de rotondas tanto dentro como fuera de los cascos urbanos. Sin embargo, persisten dos en carreteras de acceso a zonas de playa o de montaña que suman víctimas año tras año, así como otros dos en sendos tramos de autovía: Uno en la prolongación del by-pass a la altura del antiguo peaje de Puçol en dirección Valencia y otro en la V-23, en término de Algímia d´Alfara, en sentido Sagunt.

En la red comarcal, es conveniente extremar las precauciones en toda la carretera de curvas que une Sagunt con Canet d´ En Berenguer y la zona de playa. Son cuatro kilómetros sinuosos, sin arcén, con problemas de visibilidad y un ancho de calzada ajustado que impide margen para la maniobra. Por esta vía circulan diariamente casi 1.000 vehículos, un cifra que se cuadruplica durante los meses de verano, dado que es una de las carreteras más transitadas para ir a las playas, tanto de Sagunt como a la de Canet. En los últimos 10 años se han contabilizad más de 40 accidentes de tráfico, con un balance trágico de cuatro muertos, según datos de la Guardería Rural de Sagunt. Otro lugar problemático es el cruce de la carretera de Petrés con el camino Viejo de Teruel, una vía ya de por sí peligrosa, dados los continuos accidentes que hay a causa de sus cambios de rasante, sus curvas y su escasa visibilidad.

Esta carretera es elegida tanto por los vecinos de localidades como Petrés y Albalat dels Tarongers, como por aquellos que tienen sus residencias de verano en la zona de montaña, aunque ya son muchos los que viven por allí durante todo el año. Al día circulan 1.400 coches y casi 3.000 en verano, pero en la última década se han contabilizado tres muertos en accidente de tráfico.

El acceso a la carretera de Les Valls o la entrada a algunos polígonos industriales como Sepes eran considerados hasta hace unos años puntos negros, pero gracias a las rotondas han dejado de serlos.

La Costera

N-344. La Font de la Figuera

La carretera nacional 344 a su paso por la Font de la Figuera sigue siendo uno de los puntos kilométricos que mayor número de siniestros registra y a la espera de que se concluya la autovía A-33 a Cieza. Los accidentes se producen en las inmediaciones del núcleo urbano cuando confluyen los vehículos que buscan entrar en la provincia de Valencia, los que van hacia Almansa (Albacete) dirección Madrid y los que buscan las comarcas del Vinalopó, l'Alacantí y Murcia. Un nudo de densidad de tráfico que es difícil esquivar.

Castelló. Cuatro puntos en la N-340

La red viaria de la provincia de Castelló acumula siete puntos negros, de los que cuatro se concentran en la Nacional 340, según el último informe de la Dirección General de Tráfico. El tramo que más accidentes mortales ha registrado en los últimos cinco años es el punto kilométricos 1043,8 de la N-340 en Benicarló, donde han perdido la vida nueve personas. A continuación se encuentran el km 969 de la N-340 en Vila-real, con ocho muertos, el 1051 en Vinaròs, con cinco fallecidos, y el 1.049 en la misma localidad vinarocense, con cuatro.

Al respecto, el Ministerio de Fomento ejecuta en estos momentos las obras de la nueva variante de la N340 entre Benicarló-Vinaròs, con un coste de 49 millones. Se trata de una vieja reivindicación de los dos ayuntamientos para poner fin a la peligrosidad existente en la actual Nacional. Sin embargo, mantiene paralizada el desdoblamiento de la N-340 de Castelló, suspendido desde 2009 por las diferencias entre el Gobierno y el Ayuntamiento de Castelló sobre el trazado a realizar. Fomento paralizó esta actuación por la oposición de los munícipes populares a un tramo que, cabe recordar, avalaron en 2003.

La provincia cuenta con otros tramos de concentración de accidentes en la CV-189 Castelló-Ribesalbes, CV-180 desde Almassora a la playa de la misma localidad, y la CV-2280 entre Xilxes y su poblado marítimo. Uno de los puntos más conflictivos de la Plana Alta en cuanto a accidentes mortales es el tramo de la N-340 que une Orpesa y la Ribera de Cabanes. El kilómetro 996 fue escenario en julio del 2008 de un accidente que causó la muerte de cinco personas al colisionar dos turismos frontalmente. Dos kilómetros más al norte, en el 998, fallecieron en diciembre de 2009 los ocupantes de un camión y una furgoneta.

El vial de poco más de 6 kilómetros que une Càlig con Sant Jordi supone un punto de alta peligrosidad en el que son frecuentes los accidentes graves e incluso mortales. Los más recientes ocurrieron en 2009, cuando un accidente entre dos vehículos se saldó con un choque frontal en el que pereció una persona y otras dos resultaron heridas graves. Este punto negro –señalizado así por los propios vecinos con un spray sobre un viejo panel- se halla a tan solo 100 metros del casco urbano.