El hospital de la Ribera en Alzira abrió sus puertas en el año 1999, convirtiéndose en el primer gran centro sanitario de gestión privada y atención pública de la historia de España. En la actualidad cuenta con 301 camas y atiende a una población superior a las 260.000 personas. Está considerado como un hospital pionero y de referencia.

Su aparición allanó el camino hacia el llamado «modelo Alzira», desarrollado durante los últimos 13 años e ilustrado en el constante aumento de la huella de la sanidad privada en la C. Valenciana. Así lo atestigua la edición 2012 del informe de situación que cada año elabora el Instituto de Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). Bajo el título «Sanidad privada, aportando valor», el documento cifra en 14.342 las camas hospitalarias de la C. Valenciana. Un total de 2.800 —20% de la oferta global— están gestionadas por el sector privado.

Cinco concesiones

La del hospital de Alzira fue la primera concesión administrativa otorgada a una sociedad empresarial en tierras valencianas y españolas. Con el tiempo, su modelo de funcionamiento se ha convertido en una hoja de pauta en el resto del Estado. En los últimos 13 años se han tramitado cuatro concesiones más en la C. Valenciana. En 2006, llegaron los hospitales de Torrevieja (250 camas) y Dénia (132 unidades). Tres años después se inauguró el centro público de gestión privada de Manises (319 camas) y en 2010, el Hospital de Vinalopó (273 unidades) finiquitó la lista de centros sanitarios de gestión privada valencianos. Al menos por el momento, ya que se prevé la apertura de los hospitales de Gandia y Llíria en esta legislatura. Otros seis hospitales ya presupuestados —Vall de Uxó, Ontinyent, Peñíscola, Torrent, Benidorm y Campanar— se encuentran en el limbo.

Tres de los centros ya en funcionamiento están emplazados en la provincia de Valencia y dos en Alicante. Castelló aún no ha entrado en el lote. En total, integran 1.275 camas hospitalarias «públicas» que son gestionadas por firmas autónomas. Las cifras avalan un incremento de la influencia del sector privado en el estrato sanitario valenciano. Y todos los indicios apuntan a un posible aumento.

Miguel Uso —secretario general del sector de Salud de FSP-UGT— comentó que «a excepción de los hospitales de la Ribera y el de Torrevieja —por los pelos— el resto suspenden en la comparación con la sanidad pública, tanto en calidad asistencial como en condiciones de los trabajadores; los centros de Dénia, Manises y Vinalopó se han convertido en fracaso rotundo».

Andrés Cánovas, secretario general del Sindicato Médico, también analizó la penetración de la sanidad privada. Explicó que «las cifras no son muy ostentosas si nos comparamos con otras zonas: en Cataluña el porcentaje de camas de gestión privada llega al 80%, por el 100% en países como Francia y Alemania». A su vez, expuso que «los verdaderos gestores son los médicos, ellos son los que conocen el día a día de sus pacientes y no los portavoces políticos; la vertiente pública puede ser mejor que la privada si se hace bien».