El secretario general del PSPV, Ximo Puig, convocó ayer una reunión de urgencia de diputados y miembros de la ejecutiva socialista para abordar las medidas del Consell. Los socialistas valencianos están estudiando la "constitucionalidad" de las actuaciones y solicitarán la comparecencia "urgente" del presidente de la Geenerealitat, Alberto Fabra, para que explique las medidas.

Puig considera que estas medidas convierten a los valencianos en "las cobayas" del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "para experimentar la destrucción del sistema público de salud".

Para el líder del PSPV esta decisión está "dirigida" desde el PP nacional y supondrá destruir el sistema público de salud vigente en España desde los años 80, "el que universalizó la salud publica".

"El Gobierno valenciano ha decidido privatizar la sanidad pero, sobre todo, ha decretado las desigualdad de las personas ante la enfermedad", puntualizó

Se trata de "una voladura controlada del servicio valenciano de salud" que no se sostiene sobre ningún argumento de tipo económico porque, según Puig, durante los 17 años de gobierno del PP "se han despilfarrado miles y miles de recursos".

Puig calificó de "gravísimos" los anuncios realizados que, "a buen seguro, van a provocar el rechazo y la movilización de una sociedad valenciana que cada día ve con más claridad que estamos ante un gobierno agotado".

La coalición Compromís, por su parte, acusó al ejecutivo de pretender "hacer negocio con la salud" porque "ya no pueden saquear de otros sitios" dado que "han dejado las arcas públicas vacías".

La diputada de Compromís en Les Corts Mònica Oltra vinculó esta decisión a "los indicios de intervención inminente por parte del Gobierno central sobre una economía valenciana que el PP ha dejado para el arrastre", y anunció que el grupo emprenderá las acciones necesarias para parar esta privatización.

La coordinadora y portavoz de Esquerra Unida (EU) en la Cámara autonómica, Marga Sanz, acusó al Gobierno valenciano de "asesinar a la sanidad pública valenciana" y exigió al PP que "frene de inmediato la privatización de la gestión sanitaria".

"El PP ha puesto a la venta la sanidad pública, va a dársela a las empresas privadas que ya están frotándose las manos. Y las consecuencias serán terribles", auguró.