La amenaza de intervención de sus cuentas por parte del Gobierno central llevó ayer al Consell a aprobar, forzado por el Ministerio de Hacienda, una reforma del modelo sanitario de la Comunitat Valenciana que supondrá, en la práctica, que a partir de enero de 2013 la gestión de toda la sanidad valenciana la llevarán empresas privadas, aunque el Consell se reservará la planificación y el control del cumplimiento de los objetivos asistenciales. Asimismo, el personal sanitario (médicos, enfermeros) seguirá dependiendo de la Conselleria de Sanidad. Con la medida, incluida en el Plan de Reequilibrio aprobado ayer por el Ejecutivo y que se remitirá a Madrid, el Consell pretende «ahorrar», explicó después el vicepresidente, José Císcar, 443 millones anuales, de los que 263 se esperan obtener de las economías derivadas de la gestión privada y 180, del canon anual que los adjudicatarios pagarán «en concepto de uso de las instalaciones sanitarias».

Para hacer realidad el nuevo modelo, inspirado en el existente en Suecia, antes de que finalice el año la Generalitat adjudicará los 18 departamentos de salud que actualmente gestiona de manera directa —de un total de 24— a una firma privada. La empresa se encargará en los hospitales y centros de salud de estas áreas de todos los servicios no sanitarios —como logística, mantenimiento, cocina o limpieza—, más la cartera de productos y prestaciones sanitarias ahora concertadas (como las resonancias magnéticas, oxigenoteraria) y otras suplementarias, como la farmacia de receta. Císcar defendió que estos servicios ya están externalizados en un 82%. Ahora se pretende agruparlos por departamentos para su licitación conjunta y gestión a cargo de una única firma privada. Habrá posibilidad de hacer lotes con varios departamentos, aunque la actual estructura de 24 áreas no cambiará.

La Agencia Valenciana de Salud (AVS) y el adjudicatario deberán «coordinarse» para la prestación de los servicios, explicó Ciscar. De hecho, según explicaron fuentes de la conselleria, «los equipos directivos van a pasar a ser mixtos» en los departamentos, formados por un gerente privado y otro de la AVS, para garantizar el encaje del nuevo modelo, toda vez que la parte asistencial y los medios humanos van a seguir dependiendo del Consell. Esto es, que el personal estatutario (funcionarios de carrera e interinos) «conservará sus derechos», de forma que los médicos, por ejemplo, dependerán «orgánica y funcionalmente» de la conselleria (de la que cobrarán), «en coordinación con el gerente privado».

En cambio, el personal laboral pasará a estar bajo la adjudicataria, aunque Císcar recalcó que el número es residual. La «gerencia compartida» tomará las decisiones y los responsables estarán «al mismo nivel en el organigrama», según Sanidad. La duda es si habrá una relación de igualdad entre un gerente público y otro de la firma que, lógicamente, tendrá que garantizar sus resultados económicos. Ciscar admitió que el gestor privado influirá en el diseño de las jornadas de trabajo o guardias del personal sanitario, y también podrá dar incentivos económicos a los profesionales en función de resultados. Asimismo, la empresa podrá contratar personal propio.

Laboratorio de pruebas nacional

Además del personal estatutario, las inversiones y el equipamiento correrán a cargo de la conselleria. Con la extensión de la gestión privada a estas 18 áreas, se completará el mapa externalizado de la Comunitat. Otras cinco (como la Ribera o Dénia) ya están en manos de firmas privadas mediante concesión administrativa. Con todo, el vicepresidente dijo que el nuevo modelo «no es el de Alzira», donde el personal está además privatizado.

Císcar justificó la medida en que el sistema sanitario español y valenciano «no da para más» y la Administración «no puede competir con las empresas» a la hora de «comprar» o «flexibilizar». Ante esa quiebra, la Generalitat «va a ser la primera» en reformar el sistema para que siga siendo «gratuito, universal, público y de calidad, pero además sostenible», remató. La C. Valenciana se presenta como el laboratorio de pruebas de una reforma sanitaria a nivel nacional.

El Ejecutivo sondeó al mercado antes de lanzarse

La Generalitat pretende adjudicar la implantación del nuevo modelo sanitario a finales de este año —para su efectiva implantación en enero de 2013— mediante un novedoso sistema de «diálogo competitivo» introducido en 2007 en la ley de Contratos del Sector Público y amparado en una directiva de la Unión Europea.

El proceso, sin embargo, es muy complejo. Según la ley, la conselleria deberá dirigir un «diálogo» con los candidatos «seleccionados», previa solicitud de los mismos, a fin de desarrollar una o varias soluciones susceptibles de satisfacer sus necesidades y que servirán de base para que los candidatos elegidos presenten una oferta. En una comunidad donde ya hay cinco departamentos gestionados por firmas privadas, éstas se sitúan como claras favoritas de cara a la adjudicación. Ese «diálogo» se sucederá a través de diversas rondas. En ese contexto, las consultoras, que asesorarán a la Administración, harán también su agosto. Cuando considere finalizado el proceso, el Consell instará a las empresas a que presenten su oferta y adjudicará, de acuerdo con unos criterios que habrá hecho públicos, a la propuesta «económica más ventajosa».

Fuentes de toda solvencia explicaron que, antes de lanzarse a la aplicación del nuevo modelo, el Consell sondeó a los actuales gestores de los áreas ya privatizadas. Ya cuentan, pues, con empresas interesadas. La adjudicación tendrá en cuenta el gasto actual de los servicios para sacar el coste por habitante, y así fijarlo por departamento. La contrata será por diez años, prorrogable otros cinco.