Los nuevos recortes en la enseñanza, anunciados por el Consell este viernes, han dejado tambaleando tanto al profesorado como a los padres de alumnos, e incluso a la inspección educativa, última responsable en llevar a cabo el significativo aumento de alumnos en las aulas. «De entrada, y a falta de que se especifique la planificación del curso que tenemos que ejecutar, pasar de 35 a 42 alumnos en Bachillerato y de 30 a 36 en Secundaria abre el trasvase de alumnos de unos centros a otros», confirmaron inspectores de Educación a este diario.

El ejemplo que aportan estos profesionales resulta de lo más significativo. Los institutos con gran número de alumnos, con hasta cinco aulas o grupos de alumnos en tercer curso de Secundaria, ya superan actualmente la ratio oficial de 30 alumnos, con 32 por aula de media aproximada. Pues bien, la nueva medida del aumento de la ratio a 36 alumnos en cada clase implica que estos centros dispondrán para el curso que viene, en el ejemplo tomado de tercero de la ESO, de hasta 20 plazas vacantes -cuatro por aula-. Estos puestos de más tendrán que ofertarlos en el periodo de matrícula y cubrirlos para alcanzar el nuevo número de alumnos estipulado.

Y para acabar de rellenar las aulas hasta el nuevo tope de estudiantes requerido se acudirá, con toda probabilidad, al alumnado de otros centros -cercanos o no- en los que la demanda de matrícula sea menor.

La consecuencias de esta nueva organización educativa pueden resultar inimaginables y la inquietud se ha apoderado de docentes y padres de alumnos. Como primera repercusión, y en aras del aprovechamiento y optimización de los recursos que hay, como no se cansan de repetir los responsables del Consell, el número de grupos de alumnos disminuirá en muchos de los centros de la provincia mientras se masifican otros hasta el tope.

El «cierre» de las aulas sobrantes, porque sus alumnos se vean desplazados a otros institutos, llevará aparejado a su vez, previsiblemente, la supresión de profesorado. Y es que la subida de la ratio por aula se aplicará de cara al curso próximo al mismo tiempo que el aumento de las horas lectivas entre los docentes de Secundaria. El Consell cifró el viernes en 20 horas lectivas las que tendrán que impartir todos los profesores de Secundaria, dos más que actualmente y las mismas que cuando muchos de ellos impartían clases hace ya 30 años.

Se eliminarán 2.000 profesores

Los sindicatos del sector calculan que por este motivo pueden llegar a eliminarse 2.000 profesores en la Comunitat Valenciana. Pero la consecuencia más gravosa para las familias será el cambio de centro en medio de la etapa educativa, ya sea en Secundaria o en Bachillerato.

Para anticiparse lo más posible al número de solicitudes de matrícula que tendrá cada instituto, y paliar de algún modo el «golpe» que implica la subida de las ratios, la Conselleria de Educación ya ha establecido este año, como novedad, que los directores de los centros de Secundaria le remitan el cupo que prevén de alumnos el curso que viene, incluyendo incluso a los que tienen asignaturas pendientes, porque pasarán de curso cuando no sean más de dos los suspensos.

Aunque estos alumnos estén pendientes de su plaza oficialmente hasta que no hagan los exámenes de septiembre, Educación quiere que los institutos cuenten con ellos para el curso siguiente y les insta a matricularse ya. Aprueben o no las pruebas de recuperación, promocionarán.

Educación Especial no aumentará alumnos

La consellera de Educación, María José Catalá, aseguró sobre el incremento de ratios que los centros públicos tienen «una media de 20,8 alumnos por aulas» cifra que no alcanza el límite que tenía la LOE que es de 25, por ello insistió que «es difícil llegar a los 30». También pasa lo mismo en Bachillerato, apuntó, donde «el máximo era 35 y nosotros tenemos una media de 28. Por lo tanto es muy difícil que lleguemos a hasta los 42 alumno por aula». Al mismo tiempo, añadió que habrá «excepciones» en el ratio como por ejemplo en las aulas que no estén preparadas por espacio para un incremento de los alumnos no se hará, y también recoge como excepciones los centros de educación especial y rurales. Catalá también se comprometió a mantener los 1.500 docentes de refuerzo en educación infantil. Por otra parte, la consellera destacó el aumento de las becas universitarias, que ha pasado de 2 a 16,5 millones de euros. efe valencia