La Generalitat ha abonado más de 94 millones al arquitecto Santiago Calatrava en concepto de honorarios por los proyectos y dirección de obras de los diferentes elementos de la Ciutat de les Arts, según denunció ayer el portavoz adjunto de Esquerra Unida en las Corts Ignacio Blanco. El parlamentario, al que el Consell le permitió consultar durante cuatro días toda la documentación existente en la empresa pública Cacsa, señaló que este importe (exactamente, 94.010.620,65 euros) no incluye los encargos en etapa socialista anteriores a 1995, entre ellos, para levantar una Torre de Telecomunicaciones finalmente desestimada por el PP y de los que, dijo, no hay datos en Cacsa. Si a esta cifra se añaden los 2,7 millones que Calatrava cobró por el diseño del Centro de Convenciones de Castelló que no se ha construido, el total percibido por el arquitecto suma a 100 millones.

Además, el diputado reveló que, de los expedientes consultados se desprende que el coste total en la construcción del complejo es de 1.103 millones ( 1.102.903.740,66 euros), que son las cantidades abonadas a Calatrava y a las siete UTE adjudicatarias. Eso incluiría sólo el ladrillo de l'Hemisfèric, el Museo de las Ciencias, el Palau de les Arts, l'Oceanogràfic y el Àgora. La inversión en equipamientos iría al margen.

De ahí que la cifra no coincida con el coste estimado por la Sindicatura de Comptes, de 1.298 millones, incluido equipamiento. Pero el complejo le ha supuesto a las arcas públicas mucho más. Tal como publicó Levante-EMV, la Generalitat ha enterrado en Cacsa (antes de 1995, Vacico) la friolera de 1.142 millones, a los que hay que sumar otros 711 millones en deuda a corto y largo plazo a los bancos que deberá pagar durante décadas.

Sobre los honorarios de Calatrava, Ignacio Blanco recalcó ayer que el arquitecto fue mejorando entre 1991 y 2009, último contrato que se le otorga, sus "leoninas" condiciones retributivas, del 11% calculado sobre el presupuesto de la obra y sólo en una parte, sobre el coste real de los trabajos, al 12,5% del gasto final, incluidos los abultados sobrecostes, que figura en el proyecto del Centro de Convenciones de Castelló, o el 12%, previsto también sobre sobre coste efectivo, en las Torres de Cacsa, por las que cobró 15 millones sin que tampoco hayan llegado a ejecutarse. Esta explicación, sin embargo, no coincide con la que ayer dieron fuentes del Consell, que aseguraron que los honorarios del arquitecto "vienen estipulados por un contrato que se formalizó con el anterior Gobierno socialista de Lerma y que supone un porcentaje sobre el coste de ejecución de las obras".

Sin informes previos

Eso sí, Ignacio Blanco advirtió que aún podría haber más pagos a Calatrava, ya que el Àgora no está finalizada, a la espera de que se instale la cubierta móvil que remata el edificio. El diputado de Esquerra Unida hizo hincapié en que, tanto en la etapa PSPV como en la del PP, el Consell le abonó el dinero sin IVA, ya que el profesional tiene su domicilio en Suiza, algo que consideró "dudoso legalmente pero reprobable éticamente".

El dirigente de EU también señaló, respecto a los informes previos a la contratación de las diferentes obras -que han de avalar la necesidad de la actuación o la baremación de las ofertas-, que sólo le entregaron los de dos actuaciones, la del puente de l'Assut de l'Or y el Àgora, y se preguntó si es que no se los quisieron dar o no existen.

Blanco, quien recordó que la fiscalía archivó la denuncia que presentó EU por los pagos a Calatrava por proyectos no ejecutados (con el argumento de que "el derroche de dinero público no es delito"), puso este caso como "paradigma del despilfarro, por la megalomanía de los dirigentes del PP". Aunque repartió para todos: "Los socialistas pusieron el huevo; Zaplana lo rompió y dio de comer a la criatura; y finalmente Camps generó un gran monstruo que se ha llevado muchísimo dinero de las arcas públicas. Al final, estamos como estamos, por proyecto ruinosos como Cacsa".

1.257 facturas con pagos al arquitecto y las UTE

El diputado Blanco destacó que durante el examen de la documentación pudo verificar nada menos que 1.257 facturas con pagos acreditados a Calatrava y a las UTE, así como los contratos, expedientes y proyectos de todos los elementos del complejo. Por eso, no ocultó su satisfacción por la información que le brindó la directora de Cacsa, Henar Molinero, una actitud que "entierra décadas de opacidad". Durante 30 horas, a lo largo de cuatro días, tomó infinidad de notas que todavía analiza.