La política de ajustes en la educación pública valenciana, con un recorte presupuestario en la materia del 20 por ciento, volvió a sacar ayer a la calle a miles de profesores y otros cientos de estudiantes de todos los niveles: del de infantil al universitario. La unidad sindical de STE-PV, CC OO, CSIF, ANPE y FETE-UGT consiguió que la huelga fuera secundada por un 65 % de los docentes, según sus portavoces, o por casi un 30 % llegó a reconocer la Conselleria de Educación.

La tercera jornada de huelga -en esta ocasión a nivel nacional-, provocada por los decretos ministerial y de la conselleria que implica subida de tasas académicas de un 20 %, incremento de ratios en Primaria y Secundaria, y una reducción de la contratación, se saldó sin apenas incidentes y con bastante normalidad.

Los colegios e institutos debían permanecer abiertos con servicios mínimos, aunque en algunos casos las aulas estuvieron vacías. En los campus universitarios, piquetes informativos impidieron entrar a compañeros a las clases en pleno mes de exámenes, como ocurrió en Magisterio de Valencia donde previamente habían acampado; facultades como la Geografía e Historia se encontraron cerradas mientras que otras mantenían la actividad.

En la Politècnica solo el 8,5% secundó el paro y un 13 % del personal de administración y servicios, según datos oficiales del rectorado. Fuentes sindicales lo cifraron en 90/85 %, respectivamente, y en la Universitat daban el un 90/75 %.

Los diferentes sectores se repartieron las movilizaciones. La mañana fue de los estudiantes universitarios que en tranvía llegaron, unos 300, a la sede de la Conselleria de Educación con carteles alusivos al ministro, llamándole "sinwergüenza" en alusión a su apellido y rechazando la subida de tasas. Un grupo arrió las tres banderas que hay en la sede.

Por la tarde, miles de profesores, muchos acompañados por sus hijos, recorrieron el centro de Valencia -unos 60.000, según los sindicatos-, Alicante y Castelló. "Los recortes nos retroceden a décadas anteriores en los derechos laborales y lesionan la calidad del sistema educativo público lo que incide gravemente en los alumnos y sus familias. La educación no es un gasto, es una inversión" proclamaron.