Que el PP había fagocitado la otrora todopoderosa Unió Valenciana y había incorporado su voto regionalista era un hecho conocido. Pero ayer, la formación de la gaviota dio un paso más allá en esta relación parasitaria, que para algunos líderes regionalistas ha devenido simbiótica. En una de sus primeras decisiones como nuevo secretario general del PP valenciano, Serafín Castellano constituyó ayer la nueva secretaría de Señas de Identidad del PPCV, para "la defensa sin ningún tipo de complejos de la cultura, la lengua, la idiosincrasia y las costumbres" de la Comunitat Valenciana. Y, lo más interesante, confió la dirección de esta secretaría, en bloque, a todos los miembros de Unió Valenciana que se han pasado al PP.

Literalmente, los once miembros políticos de la secretaría identitaria han pertenecido a Unió Valenciana. La presidenta de la comisión ejecutiva será la concejal de Valencia Maria Àngels Ramón-Llin, que fue consellera de Agricultura con Zaplana tras el pacte del pollastre entre su UV y el PP. La acompañarán otros históricos dirigentes de Unió que se pasaron al PP: el expresidente de Unió Valenciana y actual senador popular, José María Chiquillo; el expresidente de la diputación y actual diputado autonómico, Fernando Giner; los concejales en el Ayuntamiento de Valencia Alfonso Novo, María Irene Beneyto, Juan Vicente Jurado y Vicente Aleixandre; el diputado nacional Vicente Ferrer; el diputado en las Corts Rafael Ferraro; la alcaldesa de Turís, Pilar Lozano; y el concejal del PP en Castelló Gonzalo Romero, hombre fuerte de Unió Valenciana en la provincia de Castelló en los años noventa.

Todos ellos, sin excepción, provienen del partido que fundó González Lizondo y que hizo del anticatalanismo y el secesionismo lingüístico bandera política en los años de la batalla de Valencia.

Serafín Castellano, uno de los baluartes del valencianismo regionalista en el seno del PP, se colgó en las pasadas elecciones la medalla de haber conseguido que José Manuel Miralles, presidente de Unió Valenciana, pidiera el voto para el PP en un solemne acto electoral en el Puig que luego se tradujo en el nombramiento de Miralles como director general de Coordinación de Desarrollo Estatutario de la Generalitat.

Ahora, con el blaverismo político absolutamente desactivado y maltrecho, el PP no sólo realza a la vieja guardia de Unió Valenciana, sino que incorpora a esta secretaría de Señas de Identidad a prohombres del valencianismo tricolor como el presidente de Lo Rat Penat, Enric Esteve, el exnúmero dos de UV Valero Eustaquio, o Joaquín Ballester y Lluís Bertomeu. Completan este segundo escalón de la secretaría de Señas de Identidad el alcalde pedáneo de Carpersa, José Gil Barat, el consejero de RTVV Vicente Martínez Marco, y el concejal de Xàtiva Vicente Parra.

"Defensa de lo nuestro"

Serafín Castellano afirmó ayer que los miembros de esta nueva secretaría van a estar "trabajando para que esa autoestima, orgullo y defensa de lo nuestro, de lo valenciano, tenga una parte muy importante en la acción del partido". Y de paso -aunque eso no lo dijo- que así el PP mantenga y aumente los últimos rescoldos electorales del blaverismo político, que hizo de las señas de identidad su razón de ser.