Casi treinta y nueve años de silencio se han roto con una llamada de teléfono. La historia de R.M.G. —declina dar su nombre completo porque su familia adoptiva aún desconoce la historia— enlaza la localidad pontevedresa de Lérez con Valencia. Esta mujer adoptada ha conseguido localizar a su madre biológica 38 años después de su nacimiento. Por si la sorpresa fuese poca, ésta le asegura que no la entregó: «Me la robó la monja», confesó a sus hijos. También, que está deseando conocer a sus dos nietos, de seis y dos años.

La fecha del posible y ansiado reencuentro será este mes en un pueblo de Extremadura en el que actualmente vive la madre gallega, de unos ochenta años. Ese momento servirá para aclarar muchas dudas e incógnitas aún pendientes dado que el hallazgo acaba de producirse hace unos días. Por ejemplo, el hospital en que nació la mujer no consta en ningún documento. «Tengo la palabra de mi madre, que cuando se lo dijeron fue clara», explica R.M.G. en relación a considerarse un bebé robado.

Nadie en la familia tuvo dudas al ver la partida de nacimiento aportada, asegura R.M.G. Los apellidos, lugares y años eran idénticos a los suyos; prácticamente la misma cartilla. Fue la sexta hija, en 1973 de un matrimonio en Lérez, aunque oriundo de las localidades de Corcubión, el padre, y Cambados, la madre según cita la partida literal. «Se han puesto muy contentos al saber que estaba viva», se alegra la mujer.

Se confirma así una nueva historia de «bebé robada» en Galicia y trasladada a otra provincia, en este caso la Comunitat Valenciana, según el testimonio de R. M. G., que se descubrió accidentalmente a través de la partida de nacimiento que pidió a causa de su boda. Estos hechos aún están pendiente de abrir —o no—un proceso judicial. La presidenta de «SOS bebés robados Galicia», Estrella Vázquez García fue la responsable de la investigación. En apenas una semana logró enlazar a la mujer valenciana con uno de sus hermanos y el hijo de éste —embarcado en Argentina— le facilitó el número de la que resultó ser su madre biológica. «Hablo con él todos los días desde entonces, o por teléfono o por Facebook», asegura en relación al primero de sus hermanos, de 62 años y residente en Buenos Aires. «Eran cinco hermanos, uno se murió y conmigo seis», asegura la valenciana de origen gallego.

Vive en Toledo

«No sabía que era adoptada», explica la joven que se crió en Valencia pero hoy vive en Toledo, aunque siempre lo sospechó. «Fui atando cabos, desde que mi madre [adoptiva] me llevó a hacer el DNI», asegura, «creo que tenían miedo de que sintiese rechazo o simplemente, de que investigase». Ahora, los padres adoptivos de R. M. G. han fallecido y a ella le queda en el aire esa otra parte de la historia. Cuando en 2009 se casó y recurrió al ayuntamiento a pedir documentos, se encontró con una «curiosa» inscripción escrita al margen en el registro que le dió la pista para empezar a comenzar a tirar del hilo y reencontrarse con su familia biológica.

"No lo sabía pero lo intuí toda mi vida"

Según la responsable de «SOS Bebés Robados de Galicia», el 50% de los padres adoptivos «no sabía de dónde se sacaba a los niños», pero «algunos sabían la trama que había» e incluso esperaban a la mujer que salía de cuentas. «Hay padres adoptivos que no saben que los niños fueron robados», matiza. Sobre los pasos a dar una vez que se sospecha de un caso de bebé robado, Vázquez ha subrayado que lo fundamental es la prueba de ADN. Además, ha señalado que se debe buscar documentación en hospital y en el cementerio correspondiente. El abogado de bebés robados y afectado, Enrique Vila, confirma que el problema que se están encontrando es la determinación por parte de la autoridad judicial de si existe delito y si éste ha prescrito por el paso del tiempo. Uno de los más mediáticos es el que está involucrada la monja sor María Gómez Valbuena. E. O. vigo