El síndic del PP en las Corts, Rafael Blasco, volvió a ser captado ayer hablando desde una cabina telefónica de la ciudad de Valencia, esta vez por las cámaras de Levante TV. Las redactoras de la televisión del grupo editorial que edita este periódico se encontraban en el centro de la ciudad realizando un reportaje sobre las personas que en la actualidad usan estos teléfonos públicos.

Este trabajo partió a raiz de las fotos que publicó Levante-EMV el pasado jueves y en las que aparecía Blasco llamando desde una cabina cercana a la plaza Sanchis Guarner. Durante el reportaje, las redactoras de Levante TV captaron al exconseller de Solidaridad manteniendo una tensa charla por el teléfono público de la calle Jorge Juan sobre las 11:30 horas. Blasco se tuvo que poner las gafas de vista para marcar el número que llevaba escrito en un papel. Tras colgar y percatarse de la presencia de la cámara se acercó a la periodista y la abroncó, al tiempo que le preguntaba para dónde que trabajaba. Al alejarse la redactora, el exconseller la siguió unos pasos y se quedó observando hasta que la vio subir a la unidad móvil de la televisión.

En respuesta a las fotos del pasado jueves, la diputada de Esquerra Unida en las Corts Marina Albiol lamentó que, tras las nuevas detenciones vinculadas al caso de la presunta trama corrupta de las ayudas a la cooperación, «Rafael Blasco continúe de síndic del PP en las Corts». Para Albiol, «un dirigente del PP tan importante que utiliza cabinas telefónicas por si su teléfono móvil está pinchado por la policía no puede ostentar un cargo público como el de síndic».

La diputada de izquierdas advirtió de que «cada vez más, Rafael Blasco se asemeja al personaje Clay Davis de la famosa serie The Wire», en referencia al senador de los EE.UU. implicado en casos de corrupción que encarna el actor Isiah Whitlock junior. Albiol recordó que los móviles que las Corts proporcionan a los diputados no tienen límite de saldo, lo cual sólo puede significar que «el exconseller de la conselleria investigada usa cabinas públicas para evitar los posibles y probables pinchazos de la policía».