Cuarenta y nueve de las 60 sociedades científicas federadas en el Instituto Médico Valenciano han firmado un comunicado dirigido al conseller de Sanidad, Luis Rosado, en el que rechazan las recientes reformas de la sanidad pública. El escrito se entregó en el Registro de la conselleria.

El presidente del Instituto Médico Valenciano, Francisco Morales Olivas, ha solicitado una entrevista al responsable sanitario en nombre de los miles de profesionales de las especialidades médicas que han suscrito el documento de disconformidad con las medidas aprobadas por el Gobierno Central (copago, exclusión de los inmigrantes de la asistencia sanitaria y cambio del modelo universal al de asegurado) y por el Consell (cesión de la gestión de servicios no sanitarios a operadoras privadas) para expresarle su «disposición» a colaborar en el «correcto funcionamiento» del Sistema Nacional de Salud.

El documento que han respaldado las tres sociedades de atención primaria, las de cirugía, pediatría, internistas, cardiología, neurología, neumología, oftalmología y psiquiatría, que son las más numerosas en cuanto a número de profesionales, afirman que en las reformas adoptadas «no se ha tenido en cuenta ni a los ciudadanos ni a los profesionales».

No obstante y a pesar de su disconformidad con los medidas que ya han empezado a incorporarse al sistema sanitario público, las 49 sociedades científicas están abiertas a contribuir en la elaboración de un nuevo marco de propuestas, «sin menoscabo de la calidad de la asistencia a los pacientes», que es lo que realmente les intranquiliza de los nuevos planes de reforma.

Las entidades profesionales han expresado su preocupación porque estos nuevos cambios, a su entender, «ponen en peligro los logros alcanzados por la sociedad española en los últimos 30 años».

El antagonismo que existe entre los objetivos que defienden las sociedades científicas (mejorar la calidad en la asistencia a los pacientes, contribuir al progreso de la medicina, fomentar la docencia y la investigación) y las negativas consecuencias para la sanidad y el ejercicio profesional que tendrán las medidas que se quieren aplicar para aminorar el gasto es lo que ha llevado a este amplio colectivo de profesionales a rechazar las propuestas del Gobierno y del Consell.

Retroceso mundial

El documento destaca que la sanidad española está entre las de mayor calidad y menor coste del mundo y que los actuales recortes económicos van a suponer un gran cambio porque «modifican la asistencia a los pacientes y sus derechos».

Este aspecto junto a la privatización de los servicios conduce, en opinión de las 49 sociedades científicas, «a la pérdida de la calidad del sistema sanitario y de la atención de los pacientes —algunos de los cuales ya han sido excluidos de la asistencia sanitaria pública—, y al deterioro de la salud de la población». Otras repercusiones van a ser los recortes en I+D+I y la modificación de las condiciones de trabajo de los profesionales que van a ocasionar, «un retroceso de la posición de la ciencia y la sanidad españolas en el contexto mundial y va a afectar negativamente a la salud pública».