El temible siluro, un pez centroeuropeo capaz de alcanzar grandes dimensiones y superar los 100 kilogramos del peso, he llegado ya a las aguas del río Júcar y su presencia en el lago de la Albufera, debido a la interconexión existente con el cauce del principal río valenciano a través de decenas de acequias de riego, es solo cuestión de tiempo.

Diversas fuentes, entre las que se incluyen pescadores y técnicos de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana han confirmado la captura de al menos dos siluros durante un campeonato de pesca celebrado en Fortaleny el pasado 3 de junio.

Hasta ahora se habían detectado siluros en los embalses de Forata en el río Magro (2009) y Sitjar en el Mijares (2011), donde se creía confinado. Sin embargo, la confirmación de la cita procedente de Fortaleny representa la presencia del siluro en la lámina libre de agua del Júcar, con fácil acceso al lago de la Albufera, donde representaría una amenaza para la ictiofauna local.

En nuestro país, el récord de un siluro lo ostenta un macho capturado el 28 de agosto de 2009 en el río Segre, afluente del Ebro, que alcanzó 2,58 m de longitud y 112 kg de peso, un ejemplar que a la vuelta de unos años podría capturarse en La Albufera, un ecosistema favorable a esta especie.

Según confirmaron fuentes de la sociedad de pescadores que participaba el pasado domingo, 3 de junio, en un concurso celebrado en Fortaleny, uno de los participantes capturó un pequeño pez, de apenas 600 gramos, que resultó ser un siluro. Poco después se capturaba en el mismo lugar otro ejemplar de apenas 100 gramos, lo que confirma que la terrible especie está criando en el Júcar.

La noticia se ha extendido rápidamente entre los pescadores, que mayoritariamente ha rechazado la introducción del siluro. Temen su capacidad para acabar con el resto de especies sobre las que existe una pesca tradicional en el Júcar.

En La Albufera, la ya inevitable introducción del siluro tendría un efecto muy negativo sobre especies de valor comercial para los pescadores tradicionales del lago como la «llisa» o la anguila.

Por el momento no ha noticias de si la Conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Júcar tienen previsto intentar alguna acción desesperada en el Júcar para intentar impedir que se extienda la especie.

Según algunas fuentes, en la fase actual y con la distribución que ha alcanzado la especies es «inútil» cualquier acción de control, ya que puede estar presente en las acequias del arrozal situado al sur del Júcar así como en áreas próximas del lago de la Albufera y de las acequias que desembocan en el mismo.