Varios alcaldes de El Camp de Morvedre realizan su trabajo sin cobrar a cambio de un sueldo. El popular Francisco Huguet lleva 25 años al frente del ayuntamiento de Quartell y siempre lo ha hecho así, mientras trabajaba en el mundo de la empresa, como ahora, como cuando fue vicepresidente tercero de la Diputación de Valencia y responsable de la Federación Valenciana de Municipios y provincias.

«Por el número de habitantes —asegura— que tiene Quartell y su presupuesto, yo siempre he pensado que el ayuntamiento no podía ni debía pagar la liberación del alcalde». «Estoy en el ayuntamiento un día por la mañana y por la tarde y las tardes que hagan falta y con eso es suficiente aquí, pues todo esto depende también de los problemas que tiene el pueblo».

En la capital comarcal, el también popular Alfredo Castelló renunció en junio de 2011 a su sueldo como presidente de la corporación local y solo cobra por su acta de diputado autonómico.

Docencia y vara de mando

Desde las últimas elecciones municipales, tampoco perciben salarios la alcaldesa socialista de Quart de les Valls, Pilar Álvarez, que compatibiliza esas tareas con su puesto de trabajo en la administración pública valenciana, y Carlos Gil (PP), alcalde de Benavites, que trabaja en el Hospital General como Jefe de Docencia, además de ser profesor asociado en la Universidad Politécnica de Valencia. «En esta legislatura nadie cobra ni dedicaciones, ni dietas ni indemnizaciones a cargo del ayuntamiento. Todas las liquidaciones mensuales son cero. Y no es posible establecer una exclusividad para el alcalde. No es necesaria ni económicamente soportable», afirmaba.

Tampoco el alcalde de Algímia d’Alfara, Paco Salt, percibe salario alguno desde que este año se jubiló a los 67 años y dejó de cobrar la dedicación plena del ayuntamiento.

«Ahora no cobro ni dietas, ni kilometraje, ni nada. Hasta el teléfono móvil es mío y me lo pago. Yo rechazo al que entra en la política por hacerse rico, pues lo hay y, de hecho, hasta un expresidente de la Generalitat Valenciana lo reconoció en una conversación privada que luego se hizo pública. Pero, en general, creo que a los alcaldes se les debe remunerar porque prestan un servicio a la sociedad, es una tarea de dedicación plena y, más en pueblos pequeños, estás disponible las 24 horas al día».