En plena resaca de las indemnizaciones y jubilaciones millonarias de los altos directivos de las entidades bancarias intervenidas o nacionalizadas, conviene recordar la dedicación desinteresada de algunos alcaldes y concejales que, independientemente del color político, han querido ser los primeros en dar ejemplo de austeridad en un contexto de grave crisis económica como el actual.

Están dispuestos a renunciar a cobrar un sueldo fijo e incluso a las dietas por asistir al pleno en un ejercicio de responsabilidad mientras los vecinos sufren recortes de servicios y subidas de impuestos. En la mayoría de los casos representan a ayuntamientos pequeños que han sabido mejorar la gestión y sanear las cuentas para sortear la crítica situación de las arcas municipales.

LA SAFOR

Siete ayuntamientos en los que no cobra ni el alcalde ni los ediles

De los 31 municipios de la Safor, son siete los ayuntamientos en los que ni el alcalde, ni ninguno de sus concejales recibe ni un sólo euro por desempeñar su labor. De hecho, hay algunos consistorios en los que sus ediles no cobran ni siquiera por acudir a plenos o comisiones.

Almoines, Almiserà, Bellreguard, Potries, Rafelcofer, Villalonga y la Font d'en Carròs son los municipios de la comarca que han querido dar ejemplo frente a las dificultades económicas y renunciar a percibir sueldos. Entre estos nombres figuran alcaldes del PP, PSPV y Bloc.

Aunque en la mayoría de los municipios de la Safor, sus ediles han renunciado a recibir las retribuciones por decisión propia, en otros, como el de la Font, no hay nadie a sueldo en el ayuntamiento por la falta de acuerdo entre los concejales del Gobierno local, que no tiene mayoría en el pleno, y los de la oposición. Esta situación provoca que el alcalde, Gaspar Pérez, y los otros tres ediles del PP se dediquen a la gestión municipal sin percibir un euro.

En el caso de Potries, su alcalde, Juanfer Monzó, del Bloc-Compromís, no sólo no recibe ninguna retribución, sino que, además, se encuentra en el paro desde hace varios meses. «Está claro que lo hacemos por amor al pueblo. Desde el primer día dijimos que no íbamos a cobrar y así lo anuncié en el pleno. Ni cobro yo, ni el equipo de gobierno, ni la oposición por asistencia a plenos».

Monzó asegura que aunque el ayuntamiento sí que paga dietas y desplazamientos a los concejales, «hay veces que ni cobro esas cosas porque no paso los tíquets».

En la misma situación se encuentra Jaume Ascó, el alcalde de Bellreguard, del PP y con minoría al frente del consistorio. «Creo que no es necesario tener un salario para trabajar por el pueblo. Con esfuerzo e ilusión se sacan adelante las cosas del ayuntamiento». El alcalde de Bellreguard asegura que aprovecha cualquier rato libre para acercarse al consistorio, «igual que el resto de concejales, que cuando salen de sus trabajos, en sus ratos libres, acuden al ayuntamiento».

Enric Llorca, alcalde de Villalonga, saca pecho y asegura: «No cobro ni un duro por ser alcalde y, a pesar de ello, no he fallado ni una jornada desde tomé posesión. Hago seis, siete u ocho horas si es necesario y por la tarde acudo a mi trabajo como profesor, sacrificando horas con mi familia, pero creo que somos los primeros que debemos dar ejemplo». Llorca, del PSOE, dirige un Gobierno local con el Bloc, y añade que, pese a que Villalonga supera los cuatro mil habitantes, no puede permitirse pagar un sueldo a ningún concejal porque sería «irresponsable». «Estamos despidiendo trabajadores del ayuntamiento, no sería lógico que nosotros nos pusiéramos un sueldo». En el Ayuntamiento de Benifairó de la Valldigna, nadie cobra, pero su alcalde, Agustí Pascual recibe sólo su pensión de jubilado.

LA RIBERA

José Forés: «Hacemos más horas que un despertador»

En la Ribera también existen alcaldes que no reciben retribución por sus trabajos, bien porque el municipio es pequeño y no puede permitirse un sueldo público más o porque ha decidido quitarse la asignación para dar ejemplo de austeridad a sus vecinos. Es este último caso el de la alcaldesa de Senyera, Pilar Alandes, que acude al ayuntamiento prácticamente todos los días en sesión de mañana y tarde tras haber eliminado el sueldo que sí percibía su antecesor en el cargo como medida ejemplarizante de control del gasto municipal. Por unas u otras razones, los alcaldes de Benicull (Joan V. Geribés), Riola (Manuel Anaya), Benimodo (Paco Teruel), Benimuslem (Mª Antonia Vilar), Cotes (Rosa Emilia Lorente), Càrcer (Marta Hernandis), Carlet (Mª Ángeles Crespo), Llombai (José Forés), Sant Joan (Evaristo Ribes) y Sellent (Vicente Monar) también ejercen sus funciones en la actualidad «por amor al arte». «Estás todo el día al pie del cañón. A parte del horario de atención al público, hay que estar atento al móvil todo el día, a disposición de la gente y amoldando tu vida a sus necesidades», explica el alcalde de Benimodo, Paco Teruel.

«Hacemos más horas que un despertador y no se ve en el pueblo. Se escuchan muchas habladurías sobre la corrupción y piensas que de nosotros, que no cobramos, no se acuerda nadie», alega el alcalde de Llombai, José Forés. «En los pueblos pequeños aún es peor porque los alcaldes de las localidades grandes tienen su horario, lo cumplen y se van a casa. Nosotros, en cambio, estamos las veinticuatro horas en el cargo», reflexiona el munícipe de Sellent, Vicente Monar.

LA COSTERA / LA VALL D'ALBAIDA

Seis de cada diez no perciben una asignación mensual

De los 61 alcaldes de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida sólo 22 perciben algún sueldo mensual por dirigir sus ayuntamientos. Aunque con excepciones, en los municipios de menos de 1.000 habitantes los alcaldes ejercen sus labores por amor al arte y seis de cada diez no cobran una asignación mensual. Otros, casi. El alcalde Ontinyent, Jorge Rodríguez, es el que más barato le sale a sus vecinos. Al entrar al frente del consistorio se rebajó el sueldo un 15 % respecto a su predecesora. Los habitantes de la capital de la Vall sólo tienen que destinar 1,1 euros al año para pagar su retribución, de 40.641 euros anuales.

En la clasificación le sigue su homólogo de Canals. Ricardo Cardona percibe algo más de 34.000 euros: sus vecinos salen a 2,5 euros. Por debajo de la media están también los dirigentes de Albaida (6,15 euros por habitante) o Navarrés (6 euros). Ambos se recortaron el sueldo nada más acceder al poder, ahora hace un año. Entre los dirigentes de municipios de más de 4.000 habitantes que han renunciado a su salario este año debido a los apuros económicos por los que atraviesan los ayuntamientos, destaca el de Benigànim, Juan Antonio Puchades, que ha decidido regresar a su puesto como docente para ahorrar a las arcas municipales ese gasto. También su homólogo de Vallada, Vicente Perales, ha prescindido de la asignación.

Sólo 5 representantes deciden no cobrar

En l´Horta, sólo cinco alcaldes se quedan sin percibir ningún tipo de emolumento por su dedicación al consistorio. Son los mandatarios de Llocnou de la Corona, Picanya, Rafelbunyol, Massalfassar y Alboraia. En los cuatro primeros casos, los ediles están jubilados y su salario lo reciben no de las arcas municipales, sino de la Seguridad Social, mientras que en el quinto y último municipio, Alboraia, el alcalde no ha abandonado su ocupación en un hospital público de Valencia y sigue con la misma nómina que tenía antes de entrar en política.

Muchos otros mandatarios de la comarca tampoco tienen un sueldo fijo en el consistorio, pero porque son diputados provinciales, autonómicos o asesores políticos, cargos por los que ya cobran dinero público, lo que les impide recibir fondos del ayuntamiento más allá de lo que les corresponde por asistencia a plenos y comisiones.

marga vázquez valencia

*Información elaborada por: S. Gómez, Carles Senso, Toni Álvarez Casanova, A. Padilla