Seiscientos años después del Compromís de Casp, el histórico pacto que en 1412 evitó una guerra sucesoria y situó en el trono de la Corona de Aragón a Fernando de Antequera, infante de Castilla, el presidente de las Corts, Juan Cotino, sellará mañana en la localidad zaragozana de Caspe una alianza con sus homólogos de los parlamentos de los territorios que conformaron la confederación de estados liquidada tras la batalla de Almansa en 1707. Al acto está previsto que asistan los cuatro presidentes, además de Cotino, la titular del Parlamento catalán, Núria Gispert; el de Aragón, José Ángel Biel; y el de Baleares, Pere Rotger.

Todos ellos rubricarán mañana, el día exacto en que hace 600 años se firmó el Compromís y en la misma Colegiata de Santa María la Mayor de Caspe, una declaración institucional en la que se comprometen a «explorar y, si procede, impulsar mecanismos de colaboración e intercambio en el ámbito del derecho civil, de la acción cultural, de la organización institucional y del desarrollo socioeconómico», así como a «profundizar en todos aquellos aspectos que comparten, tanto los que se derivan de un pasado histórico y cultural común, ligado a la Corona de Aragón, como aquellos que puedan contribuir a configurar unas mejores relaciones de convivencia y desarrollo cultural, social y económico entre las personas y los pueblos respectivos».

En esta reedición del Compromís de Casp —a la que se ha querido dotar de gran solemnidad con una impresión que reproduce los documentos medievales de la época—, los firmantes acuerdan «analizar conjuntamente los problemas de interés común», celerando anualmente y con carácter rotatorio, una conferencia de presidentes para estudiar esas vías de colaboración.

Estrategia común en foros

Además, se plantean «compartir experiencias y establecer objetivos coincidentes en el ámbito parlamentario en aquellas materias de interés prioritario que afectan a las cuatro comunidades como territorios pertenecientes a un ámbito geográfico y socioeconómico estrechamente relacionado». Finalmente, prometen «colaborar con iniciativas coordinadas en los foros de participación común».

La alianza contribuye a romper un tabú en medios populares respecto a las relaciones entre los territorios de la antigua Corona de Aragón desde la denostada por el PP «Eurorregión» que quiso impulsar Pasqual Maragall, y que abarcaba Cataluña, la C. Valenciana, Aragón, Baleares y el sur de Francia. La declaración, editada únicamente en castellano, ha estado auspiciada desde Aragón, que conmemora en Caspe el acontecimiento histórico.

El documento evoca el Compromís de Casp, «en cuyo diseño se manifestó el espíritu confederal que caracterizaba la Corona de Aragón, y que tanto potencial tiene para integrar en un proyecto colectivo identidades diversas». Por ello, se insta a «explorar, en el marco legal vigente, vías y actuaciones» con el fin de «fortalecer, más allá de las buenas relaciones de vecindad, los lazos de fraternidad y sus vínculos institucionales y políticos». También hay una alusión a la situación actual al ver «imprescindible» evaluar sucesos como el Compromís para «extraer reflexiones y enseñanzas que puedan ayudar a encontrar métodos de entendimiento para lograr el bien general, superando las discrepancias y las discordias».