La coincidencia de dos incendios de gran magnitud en diferentes puntos de la provincia de Valencia ha obligado a los servicios de extinción a concentrar en las zonas de alto valor ecológico la mayor parte de los medios, como ha ocurrido con la sierra Calderona o la Muela de Cortes.

Ello ha provocado una sensación de desprotección en muchos municipios de la Ribera: Turís, Montroi, Catadau, Llombai o Carlet, donde el fuego ha afectado a zonas habitadas y donde apenas han visto pasar aviones o helicópteros mientras ardía el monte y peligraban zonas residenciales. Los alcaldes de Catadau, Pedro Juan Bisbal; el de Llombai, José Forés, o el de Montroi, Antonio Polo, y numerosos concejales han criticado la falta de efectivos aéreos.

Ayer, varios alcaldes presentes en las reuniones celebradas el fin de semana en el centro de mando instalado en Yátova señalaron que cuando pidieron apoyo aéreo porque era fundamental para extinguir los frentes que se adentraban en la Ribera se les informó que la prioridad absoluta eran las zonas de más valor, entre ellas la Calderona y las zonas residenciales, y que ya tenían asumido que el fuego arrasaría miles de hectáreas en varias comarcas, entre ellas la Ribera. Además, les informaron, según dijeron, que el fuego llegaría hasta zonas agrícolas y que allí él mismo se extinguiría.

El propio conseller de Gobernación, Serafín Castellano, ya aseguró el viernes cuando el fuego se adentró en la comarca que la prioridad de los trabajos era "proteger los núcleos urbanos".

Vecinos de las zonas afectadas ponían ayer voz a la sensación de la desprotección. "Sólo hemos visto pasar dos aviones en día y medio con el fuego en las casas, es indignante", dijo Perfecto Monzó, un vecino de Carlet.

"Con dos aviones que hubieran venido el sábado por la tarde en varias descargas hubieran frenado el avance del fuego", dice Vicent Montserrat, que ayer evaluaba los daños en su propiedad en la que además del arbolado se quemaron dos motocicletas, una Kawasaki y una Yamaha. "Tenían que haber dejado subir a los voluntarios antes porque son los que se conocen la zona y en otras ocasiones hemos logrado frenar el fuego antes de que llegara a las casas, pero para ello hacen falta medios aéreos; nos hemos sentido abandonados y desprotegidos todo el fin de semana y hasta ninguneados por los servicios de extinción que no se conocen la zona, y que sólo han aceptado nuestra ayuda cuando se les iba de las manos", señaló Javier Aparici, otro de los afectados.