Los alumnos de los centros públicos valencianos podrán llevar al colegio la comida de sus casas a partir del próximo curso, adelantó ayer la consellera de Educación, María José Català.

La responsable educativa considera que los padres se podrían ahorrar el dinero de la contratación del servicio de comedor, según indicó en Radio 9 y cuya información recogen las agencias. Así, ante la situación económica "realmente complicada" de las familias se está analizando el "dar alternativas a este servicio" apuntó.

La medida no ha gustado ni a la Federación de Padres de Alumnos (FAPA) de Valencia ni a la Associació de Directors de Primària porque la ven inviable, en estos momentos, ya que los centros no están preparados para que los niños lleven su comida en tupper, indicaron a Levante-EMV.

"No es tan fácil. Las empresas de catering tienen que cumplir una normativa, unos requisitos mínimos. Habría que saber de qué forma piensan llevarlo a cabo porque hablamos de comida. ¿Cómo transportarla, conservarla, las condiciones de los centros o cuidar el menú? se preguntaba la presidenta de la FAPA, Remei Santacatalina, quien achaca esta decisión de la conselleria a que el próximo curso se desligan las becas de comedor y transporte. "Muchas familias se van a quedar fuera de estas becas y lo van a pasar mal" añadió.

El presidente de la organización de directores, Vicent Ripoll, afirmó que "los comedores escolares no están preparados". "No hay infraestructura para guardar la comida a no ser que sean alimentos fríos ni condiciones higiénico sanitarias o el tamaño. Dudo que los inspectores de Sanidad lo permitan" pero "lo acataremos si es decisión de conselleria" comentó.

Català informó que serán los consejos escolares los que deberán solicitarlo y que "se tendría que poner en marcha con mucho rigor, teniendo en cuenta espacios, menaje, limpieza, refrigeración, calentamiento y que sean vigilados por monitores. Educación destina 76 millones para becas de comedor que llegan a 80.000 alumnos y en las que prima la renta.