Los argumentos económicos que pusieron sobre la mesa los consellers de Gobernación, Serafín Castellano, y Turismo, Lola Johnson, no lograron convencer ayer al mundo fallero, que rechazó mayoritariamente el cambio al lunes del día de San José. La medida anunciada por el presidente Alberto Fabra ha causado hondo malestar entre los falleros, que se aferran a la tradición y critican la «mercantilización» y «masificación» de la fiesta.

Tras las críticas al Consell, lideradas por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por plantear una medida así por sorpresa y sin el consenso de las fallas, los representantes del Consell mantuvieron ayer por la tarde una reunión, a puerta cerrada, con los 70 delegados de sector, los 12 presidentes de agrupación y la directiva de Junta Central Fallera en la sede de esta entidad. Nadie faltó a la cita, que se celebró en el salón de plenos y que duró dos horas y media.

Los delegados tomaron nota de los argumentos del Consell para trasladarlos a los presidentes de las comisiones y que sean ellos los que decidan si apoyan o no el cambio.

El presidente de Junta Central Fallera y concejal de Fiestas, Francisco Lledó, ya avanzó que «la mayoría de falleros se opone» al cambio al lunes. Lledó instó ayer al Consell a «no tomar ninguna decisión sin el consenso de las fallas» y frente a los datos de impacto económico de los consellers —que cifraron en 1.200 millones de euros el paso al lunes de todos los festivos que caen entre semana—, el concejal esgrimió los mil millones de euros que genera la fiesta.

Tras la intervención de Castellano, Johnson y Lledó se abrió un turno de debate en el que intervinieron los delegados de sector. Una de las críticas al cambio de fecha es que se plantea «pensando en la hostelería, que es un sector que no hace aportaciones a las fallas». Las comisiones son las que pagan la fiesta y así se lo recordaron en la reunión.

El céntimo fallero a estudio

El delegado de Benimaclet fue más lejos y reprochó que la Generalitat «no realiza ninguna aportación económica a las fallas como sí hace el ayuntamiento», que subvenciona con 3,5 millones de euros la fiesta, cuyo peso soportan mayoritariamente las comisiones y que supone una una inversión anual de entre 30 y 40 millones de euros.

Los delegados preguntaron al Consell «qué obtenemos» a cambio de celebrar las fallas en fin de semana. Un delegado de sector apuntó en este sentido que celebrar las fallas en fin de semana «nos cuesta más dinero». «Si tengo que comprar bebida para el casal, si es fin de semana tengo que encargar un 25% más, igual pasa con los petardos y el resto de gastos». Al hilo de este debate sugirieron como compensación que la Generalitat aplique una tasa, una especie de céntimo fallero, en hoteles y restaurantes, que por esas fechas duplican precios y son uno de los sectores que más se beneficia de la fiesta.

El conseller Castellano respondió que «es razonable que todo el mundo se beneficie» y posteriormente, preguntado por los medios, apuntó que la propuesta «se puede estudiar».

Preguntado por la posibilidad de que el Consell rectifique si los falleros votan no al cambio de fechas, Castellano no quiso concretar. «No vamos a adelantar escenarios». Aseguró que buscarán «los máximos puntos de encuentro», si bien insitió en que «lo que planteamos en una medida buena, acertada y generadora de empleo y esa es la prioridad ahora» del gobierno de Fabra.

Pese a las invocaciones al diálogo «abierto y sereno», los falleros son realistas. «Esto es un paripé porque la Generalitat tiene la sarten por el mango», resumió uno de los delegados. Aunque saben que tienen poco capacidad de decisión porque San José es una fiesta de competencia autonómica, el colectivo no descarta medidas alternativas como seguir quemando las fallas el 19 de marzo si la Generalitat finalmente impone el cambio de festivos.

Sería un plante que requeriría el apoyo del Ayuntamiento de Valencia, que ve «complicada» esta propuesta porque se podría dar la circunstancia de que cayeran días laborables entre el día de San José y la «cremà». Por eso, Lledó insistió al Consell en que no adopte medidas sin el apoyo de los falleros. El concejal aseguró que entendía los argumentos de interés general a los que invocó el Consell, si bien apuntó a que «se podría empezar por otro sector que no fuera el de las fallas».

Castellano aseguró ayer que estudiará «con todo el cariño y como se merecen» las diversas propuestas sobre la fecha de celebración de San José. Aún así, «tenemos que pensar en la creación de empleo y, fundamentalmente, no poner más sacrificios al contribuyente y no grabar más los ajustes que damos a los ciudadanos y, por eso, tenemos que tomar decisiones que sean novedosas», destacó el conseller de Gobernación.

Castellano hizo hincapié en que el objetivo de la reunión de ayer era «poder escuchar y poder argumentar cuál es la posición» del Consell de Fabra. «Si hay unas medidas que puedan beneficiar al interés general y no perjudican a nadie, se tienen que tomar en base a cumplir el objetivo de poder salir de la crisis económica cuanto antes y crear empleo», remachó.

Por su parte, la consellera de Turismo, Lola Johnson, explicó que el traslado de festivos a lunes puede dar «la oportunidad de mejorar la competitividad y productividad de las empresas y eso en un momento tan complicado como este es una propuesta a tener en cuenta por el bien general».

La titular de Turismo, que fue fallera mayor de la comisión Norte-Zamenhof en 1992, apuntó que «este es un momento propicio para tomar determinadas decisiones que puedan ayudar a las empresas, igual que se están adoptando en otros ámbitos, porque son absolutamente necesarias».

Ahora tenemos que recabar la información de todos los sectores para después valorarla, dijo la consellera quien avanzó que habrá más reuniones de aquí a septiembre que es cuando se aprobará el calendario oficial de festivos.

En respuesta a la intervención de un delegado que apuntó que modificar las fiestas para favorecer el turismo era convertir un bien cultural, que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad, en un «espectáculo», Johnson replicó que «la esencia de las fallas no resulta alterada porque se mantendrán todos los actos de la fiesta».

El concejal de Fiesta instó al Consell a resolver con «máxima celeridad» la cuestión del cambio de fechas, «sin esperar a septiembre, porque las comisiones tienen que contratos pendientes que hay que cerrar» y planificarse en función de las fechas.

Mantener el IVA del 8 %

En la reunión también se abordó el aumento del IVA a las fallas. Lledó explicó que el ayuntamiento, apoyado por la Generalitat, estaba negociando con el Ministerio de Economía que se mantenga el IVA reducido del 8 % amparándose en que las fallas «son entidades sin ánimo de lucro que no buscan especular porque al final de todo la falla se quema».