"No renegociaríamos nuestro autogobierno se haga lo que se haga en el resto de España". Así de rotundo se mostró ayer el secretario general del PPCV, Serafín Castellano, sobre la propuesta que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, trasladará al resto de grupos de las Corts en el próximo debate de política general para "reestructurar y reducir" las instituciones estatutarias, la Sindicatura de Comptes, el Síndic de Greuges, la Acadèmia Valenciana de la Llengua, el Consell Jurídic Consultiu, el Consell Valencià de Cultura y el Comité Econòmic i Social. Castellano, al igual que Fabra el viernes, justificó la iniciativa por la necesidad de que los entes autonómicos reduzcan gastos para asegurar su continuidad, pero para la oposición, en medio de un debate nacional en el que se ha puesto en el punto de mira a las autonomías, el discurso esconde un ataque a las instituciones propias.

Y no sólo la oposición. Sectores del PPCV lamentan en privado que Fabra esté relegando las señas de identidad y la bandera del valencianismo, una mensaje que los populares han patrimonializado en buena parte desde 1995, para centrarse en los ajustes y la gestión económica, una labor propia de la "tecnocracia". El jefe del Consell no sólo no ha hecho gestos en ese sentido sino que ha pisado varios callos, desde el traslado de la festividad del 9 d'Octubre y las Fallas al hecho de abrir el debate sobre las instituciones del autogobierno. Desde Génova ya se instó en su día a suprimir organismos autonómicos "duplicados" a nivel estatal y, no en balde, la número dos del PPCV, María Dolores de Cospedal, eliminó al Defensor del Pueblo manchego. Para espantar estos temores, presentes incluso en sus filas, Castellano se envolvió en la "Senyera". "A valencianos no nos gana nadie, nuestro autogobierno es intocable", aseveró el también conseller de Gobernación durante un encuentro con periodistas, para dejar claro que, aunque Génova dictara la liquidación de entes estatutarios el Consell los mantendría.

"Las instituciones estatutarias son absolutamente necesarias, pero tienen que trabajar al igual que todos los demás para ir reduciendo costes de funcionamiento", explicó. "La idea -prosiguió- es que, al igual que las instituciones se ponen a dieta y se simplifica la Administración y su estructura, las estatutarias también tienen que ponerse a dieta y hacer más con menos". A su juicio, aunque estos organismos "son absolutamente irrenunciables", sí que podrían "reducir costes" y "ser más eficientes en sus estructuras y funcionamiento". Hasta recordó que algunos de estos entes pasaron a ser estatutarios en la reforma de 2006 (como el CJC o la AVL). "A valencianos no nos va a ganar nadie, ni tampoco en la defensa de lo nuestro", insistió para añadir: "No negociamos nuestro autogobierno".

Sectores de su partido, sin embargo, aseguran que los reajustes sobre los órganos estatutarios lanzan el mensaje de que son prescindibles y eso contradice el legado valencianista.

El síndic socialista en las Corts, Antonio Torres, instó a Fabra a ejercer las funciones que le corresponden y "defender los intereses de la Comunitat Valenciana", no "a someterse a los dictámenes de Rajoy y del PP". Enric Morera, de Compromís, fue tajante: "Nos opondremos frontalmente a los recortes de nuestra autonomía y autogobierno".