Las palmeras se han convertido en una amenaza para los viandantes de la calle peatonal de Gregorio Gea, en la ciudad de Valencia. El pasado martes se desplomó una de las cerca de cuarenta palmeras que adornan esta vía, con un constante tránsito de peatones, ya que en ella se encuentran las dependencias oficiales de atención al ciudadano de la Generalitat Valenciana (PROP).

Según confirmaron algunos vecinos de la zona, es la primera palmera que cae en el barrio. Sin embargo, más allá de tratarse de un hecho meramente casual, lo cierto es que la gran mayoría de estas plantas, ubicadas a los dos lados del paseo, presentan, en apariencia una debilidad en su base que preocupa a los vecinos.

Alrededor de una decena de las palmeras, que en su gran mayoría superan los diez metros de altura, muestran evidentes signos de erosión en la parte baja de sus troncos. A un metro escaso de la base, los tallos dejan de ser robustos y su diámetro se estrecha varios centímetros, provocando que la estabilidad de la palmera se reduzca. A la debilidad de este tramo de los troncos hay que añadir que el peso de la parte alta de las palmeras ha aumentado desde el verano, ya que el Ayuntamiento de Valencia tienen decidido no podar las palmeras de la ciudad al menos hasta que llegue el otoño, para evitar que el picudo rojo se instale en las palmas podadas.

La estrechez de la base de los troncos y el gran tamaño de las palmas, sumado a la caída de uno de los ejemplares, ha producido en los vecinos de la zona la percepción de fragilidad de las palmeras,

La prueba de que esta percepción no es fortuita se encuentra en el ejemplar desplomado el martes pasado en esta misma calle. En un día apacible, sin apenas rachas de viento, el tronco de una de las palmeras se partió justo a una altura de un metro del suelo, nivel en el que el resto de ejemplares presenta un diámetro más estrecho, tal como relató un testigo del suceso a Levante-EMV.

La planta fue retirada por los técnicos municipales poco después de su desprendimiento.

El tronco no llegó a afectar a ningún peatón, aunque colisionó con una de las estaciones de Valenbisi ubicadas en esta calle peatonal.

El testigo asegura que lo sucedido el martes «puede repetirse» y reconoció cierto «temor» a que el derrumbe de otra palmera pueda dañar a alguna persona.

Investigación

Fuentes municipales afirmaron que todavía se está analizando la palmera caída el martes para determinar las causas concretas de la rotura .

Tras un primer análisis, los técnicos del ayuntamiento han descartado la afección de algún tipo de hongo y también un posible ataque del picudo rojo, aunque han observado el estrechamiento del tronco. De hecho, en la concejalía de Parques y Jardines no creen que exista riesgo de nuevos desplomes en esta zona, y se asegura que las palmeras son plantas «muy resistentes».