La Conselleria de Educación sopesa cobrar un precio "simbólico" a los alumnos que opten por llevar la comida de casa a los centros escolares, una fórmula a la que la Generalitat está tratando de dar forma mediante una orden que regulará cómo hacer viable esta alternativa en el próximo curso que comenzará el 7 de septiembre . En principio, según admitió ayer en rueda de prensa la consellera de Educación, María José Catalá, por el uso de la fiambrera se podría cobrar una cantidad máxima de 1,45 euros por alumno y día, un montante que se corresponde a lo que ya paga la conselleria por el servicio de vigilancia de los comedores escolares. Catalá aseguró que "nunca" se llegaría a los tres euros que el próximo curso escolar costará en Cataluña los servicios de fiambrera como alternativa al comedor convencional.

Con todo, Catalá, a preguntas de los periodistas, dejó claro que la decisión no esta tomada todavía, ni siquiera que se les pida a los padres la cantidad entera -los 1,45 euros que paga la conselleria-. Como en Cataluña la medida obliga a los centros escolares a una serie de requisitos para poder prestar este servicio, entre otros la instalación de neveras y microondas, así como personal suficiente para controlar el tratamiento de los alimentos y la vigilancia de los niños. De hecho, hasta que Cataluña anunció que cobrará a los alumnos que se lleven la comida de casa para costear el servicio de cuidadores, en la conselleria estaban barajando becar con el 1,45 euros a los escolares que optaran por la fiambrera

Català: "No me parece mal"

La idea de traer la comida de casa, con todo, es del agrado de la consellera. "No me parece mal", dijo Català, si bien indicó que era necesaria una reglamentación u orden nueva que permita la presencia de alimentos del exterior en los centros escolares, y además se tendrá que hacer una previsión de los niños que puedan llegar a hacer uso de este servicio.

Además, reivindicó el esfuerzo de la Generalitat en becas de comedor, para las que este año destina 76 millones de euros, frente a los 18, precisó, que destina la Comunidad de Madrid o los 3 millones de Aragón. Según explicó, la conselleria destina 5,39 euros al día por alumno en las becas de comedor, de los que 1,45 euros son para gastos de funcionamiento y 3,94 euros para alimentación.

No obstante, la decisión última de que los alumnos puedan llevar la comida de casa al colegio "está en manos de los consejos escolares de centro", que son los que tienen la última palabra, según explicó la consellera a principios de esta semana.

Falta de plazas libres

Que la fiambrera forme parte de la mochila junto a los libros también depende de otros factores, como por ejemplo de que el comedor escolar disponga de plazas suficientes para albergar a los alumnos que opten por llevarse la comida. Esto es algo que no se da en la mayoría de colegios, pues en muchos de ellos los niños deben comer por turnos por falta de espacio.

Desde hace años la atención y cuidado de los niños durante el horario de comedor -de 12 a 15 horas- está en manos de cuidadores contratados por las empresas que prestan el servicio de comedor. Otro aspecto por determinar, a casi un mes del inicio de curso, es quién va a pagar las neveras y microondas necesarios para conservar y calentar la comida de casa.

También está por regular si los niños, además de la fiambrera, deberán llevar el menaje de casa y, en tal caso, el riesgo que supone que un niño lleve en la mochila objetos punzantes como un tenedor o un cuchillo.