La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció ayer oficialmente el inicio de una ola de calor que afectará a la mayor parte de los valles de la Península Ibérica y que tendrá su punto álgido el próximo viernes, cuando se superarán los 40 grados en muchos observatorios.

La dorsal africana, actualmente sobre el norte de Africa y afectando al sur de Italia, se irá desplazando en dirección oeste en un movimiento poco habitual. Aparentemente, lo peor de esta ola de calor entrará por Murcia y se irá moviendo paulatinamente en dirección sureste-noreste.

Las temperaturas aumentarán progresivamente a lo largo de esta semana y llegarán este viernes a los 40 grados de media en toda la Península y el archipiélago canario, según adelantó a Europa Press la jefa de predicción de la Aemet, Ana Casals.

En este movimiento de subida, el aumento de la temperatura será menos notable en Baleares y la costa mediterránea, que alcanzarán el sábado los 36-38 grados de máxima, "unas temperaturas muy elevadas a pesar de tratarse de la costa", según Casals.

La ola de calor vendrá acompañada de mucho polvo en suspensión y no se esperan precipitaciones que lo amortiguen. A partir del viernes y sobre todo el sábado y domingo, una baja atlántica empujará la dorsal siguiendo esta vez una dirección algo más lógica: refrescando en el norte de la Península primero y empujando el aire más cálido hasta salir por el Mediterráneo. El fin de semana próximo, los termómetros empezarán a bajar en el norte y subirán en el Mediterráneo.