¿El PP presentará a Alberto Fabra en las próximas elecciones o el candidato será Juan Roig, el presidente de hecho?

El PP decidirá a quién presenta. No es lo que más me preocupa. El presidente de la Generalitat es, según parece, el señor Alberto Fabra y está demostrando una desafección importante a la institución que debe y dice representar.

Fabra quiere cambiar Sant Josep y el Nou d´Octubre a lunes. Hay bronca solo por lo primero.

¿En Ceuta hay más conciencia de autogobierno que aquí?

El señor Fabra lo único que hace es lanzar cortinas de humo para tapar los problemas reales. Me preocupa que adopte su posición sobre el Nou d´Octubre con esa ligereza sin tener en cuenta que es la fiesta de los valencianos, el día que entró el rey Jaume I en Valencia y símbolo de la recuperación del autogobierno. Habla como si fuera un delegado de Madrid o de una diputación. Solo si hubiera un gran acuerdo sostenido en estudios serios sería debatible, ahora ni eso. Debemos respetar la historia y defender nuestra cultura y no caer en el marco tramposo e irreal de que aquí no se trabaja. La derecha europea dibuja el escenario norte-sur, en el que en el sur somos todos vagos y maleantes. Fabra cae en ese error cuando plantea los cambios con esa ligereza. La defensa de la cultura mediterránea va mucho más allá de una situación coyuntural. Las fiestas forman parte de unos ciclos de nuestra realidad vital.

675.000 parados, 200.000 familias con todos sus miembros desempleados, sin sector industrial, sin construcción. ¿Queda otra salida que emigrar?

La Comunitat Valenciana está atravesando una situación crítica que obedece a muchas causas, pero hay mucha culpa de las políticas de desarrollo económico radicalmente erróneas en estos 17 años. Se ha ido al monocultivo de la construcción. Se ha abandonado a los sectores industriales, la innovación y desarrollo que apoyó el gobierno socialista a través de la red de institutos tecnológicos, no se ha apostado por la excelencia y la calidad. Se ha abandonado la agricultura, se ha dualizado aún más el desequilibrio territorial, se ha hecho una política orientada a la codicia. Hay que reconstruir el país. Por ejemplo en el turismo tenemos unos activos impresionantes: sol, playa, cultura. Aquí tenemos la luz que no tienen en el norte...

O sea que nos queda el sol porque nadie lo ha podido robar ni reclasificar a urbanizable.

Tenemos grandes posibilidades, pero hay que reformar el modelo productivo actual porque de hoy para mañana esto no será Silicon Valley, pero sí podemos ir a una sociedad que tenga mucho que ver con Silicon Valley.

¿El modelo ahora es Silicon Valley cuando antes era Florida?

El modelo ha de ser uno mixto entre Florida y Silicon Valley. Hay que ser realista, no se puede pasar del «modelo parque temático» a Silicon Valley de la noche a la mañana. Aprovechemos lo que tenemos y reformemos el sistema sobre la base del sector industrial, el agroalimentario, turismo y construcción. Y en la transición al nuevo modelo hay que priorizar la innovación,la investigación y la enseñanza que ahora están en peligro.

La Generalitat perdió en 2010 1.145 millones por la marginación en la financiación; 229 euros menos por valenciano que la media. El conseller Vela achaca a la mala financiación el haber tenido que pedir el rescate. ¿Nos rescatan los que nos han robado?

Lo de Vela es cinismo. El sistema es muy malo para nosotros, pero no puede decir ahora que hay que buscar acuerdos para cambiarlo cuando hace dos días el PP dijo no dos veces a la propuesta del PSPV de reivindicar una mejora. Incluso se ausentó para no votar. Es más, el PP en Madrid dijo que era estupendo para los valencianos. Es malo, pero con un sistema peor en 1995 dejamos una deuda del 6,5% del PIB y ahora es del 25%. Porque son 28.450 millones y no 22.000. Cada día pagamos 2 millones de intereses y cada mes hay 300 millones de desfase estructural. Instamos al PP valenciano a que convenza al de Madrid para que apoye una mejora del sistema igual que Rubalcaba la apoya. Urge un gran acuerdo valenciano sobre financiación, Corredor Mediterráneo, inversiones del Estado... Además, tenemos que hacer una campaña permanente en Madrid para explicarles que el Levante feliz no existe. Dicho esto, la gestión del PP con eventos absurdos, dispendios y sobrecostes injustificados explica mucho la situación.

¿Usted se cree que no se impondrán más condiciones en este rescate como sostiene el Consell?

El propio Montoro ya ha dicho que habrá nuevas condiciones, cuando no podemos asumir las actuales. Saben que no podemos cumplir. Ya engañaron al Estado y a la UE con el déficit y ahora quieren engañar a los valencianos.

Acusa a Fabra de atacar el autogobierno al querer reducir órganos estatutarios. ¿La Sindicatura de Greuges sirve para algo más que el derecho al pataleo? ¿Y el Consell Jurídic Consultiu?

La Sindicatura de Greuges plantea cuestiones que afectan al ciudadano que se siente desprotegido por las administraciones. Esos contrapoderes son importantes porque los costes de la democracia solo pueden evaluarse con el beneficio de la convivencia. Por eso es el sistema más barato. Nosotros queremos una refundación de la arquitectura de la Comunitat Valenciana, un cambio que garantice más democracia y más autogobierno. Por eso planteamos reducir el Consell en 147 altos cargos prescindibles y la desaparición de las diputaciones a medio plazo. En ese cambio de arquitectura hay que reformar la Administración del Estado. El Estado autonómico ha quedado limitado porque la Administración central ha continuado haciendo cosas que no le corresponden, ha seguido creciendo. Por ejemplo el Ministerio de Cultura.

Vamos, que además del Consell Jurídic Consultiu habría que recortar el Consejo de Estado.

Efectivamente. Hay que reducir una Administración del Estado que continúa impasible el ademán. El Estado ha seguido creciendo pese a que han disminuido sus competencias. Empecemos a recortar por arriba. El problema es que el PP quiere aprovechar la crisis para recentralizar, devolver todo el poder a Madrid. No se trata, piensan, de recortar sino de recentralizar. Si no fuera así, empezarían por recortar la Administración central.

El PSPV quiere suprimir las diputaciones, pero al final también las utiliza para colocar gente.

No tenemos una obsesión contra las diputaciones. Son instituciones que no se eligen democráticamente, directamente, y obedecen a una tradición jacobina del XIX. Son anacrónicas, pero mientras existan pueden orientarse a favor de los ayuntamientos o contra lo local y lo autonómico. Nosotros aprovecharíamos la ley de coordinación de las diputaciones para marcarles el paso sobre qué inversiones son fundamentales. Lo primero, el empleo, por eso presentamos un plan.

Si sobran 147 cargos y si el sueldo de la Mesa de las Corts se va a reducir un 25% de una tacada, el ciudadano pensará que hasta ahora han abusado de lo lindo.

Cuando había más recursos que administrar igual hacía falta más gente, pero ahora ha de haber un ajuste en el Consell como en cualquier empresa. Por arriba y por abajo. Ese ajuste de directivos es necesario. Si quitas 147 altos cargos, todavía queda más aparato político que en 1995. Podrían profundizar mucho más. Respecto a los salarios, soy partidario de que ninguna persona dedicada a lo público cobre más que el presidente de la Generalitat.

67.615 euros, más 10.000 de complemento de distancia, ¿es sueldo para un presidente?

No hay que hacer más demagogia con los sueldos de la política. A la política hay que exigirle limpieza, honradez y transparencia. No puede haber alcaldes, presidentes de diputación, secretarios o interventores que cobren más que el presidente de la Generalitat.

El Consell reduce empresas y fundaciones vía ERE. ¿Cómo casa su apuesta por eliminar «chiringuitos» con el apoyo al empleo?

Por ahora todo son anuncios. ¿Qué estudio hace falta para decidir que Castelló Cultural hay que desmontarlo? Están haciendo ajustes a brochazos en vez de hacer trabajo de cirugía. Algunas entidades hay que eliminarlas y otras potenciarlas. Aquí se ha enchufado a mucha gente y se ha tirado dinero, pero otras entidades son necesarias.

¿Qué haría usted con Canal 9?

La televisión pública, en valenciano, plural y de calidad, es necesaria para los valencianos. Haría una televisión adaptada a nuestras necesidades y posibilidades. Pero estamos ante un modelo sectario y antivalenciano. Para llegar a la RTVV que el PP quiere no hace falta gastarse dinero en auditorías.

Cuando se dice «todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades», ¿es cinismo o discurso ideológico a favor de la resignación y la moral del esclavo?

Un poco de las dos cosas. Es un insulto a la inteligencia y a muchas personas que han trabajado y han hecho caso a lo que han dicho sus gobernantes y banqueros. Hay una especie de liquidación negativa de dividendos de la crisis que debería haberse aplicado cuando los que dicen eso vivían como marqueses.

Cuando encarcelen a unos cuantos banqueros, notarios y jueces, ¿habrá llegado la auténtica democracia?

Es intolerable que la desigualdad sea aún profunda ante muchos aspectos de la vida. Es intolerable que un señor estafe a Hacienda y pasen los años y siga sin ser juzgado, que se hayan llevado el dinero de las cajas sin que inmediatamente se hayan abierto comisiones de investigación para que, de entrada, devuelvan el dinero.

¿Qué responsabilidad tiene el PSPV en la quiebra de las cajas, ya que ha tenido consejeros?

No rehuimos responsabilidades. También somos un poco responsables del descrédito de la política, pero en las cajas valencianas la responsabilidad es de quien eligió cambiar el rumbo al llegar al gobierno. En estos 17 años el PP ha laminado el sistema financiero valenciano. Nosotros dejamos la tercera y cuarta caja de España y un banco potente para las pymes. Ahora no tenemos nada. La responsabilidad es de quien cambió la ley, puso a los directivos, incluso a un expresidente como premio de consolación. Las cajas han estado intervenidas por el PP desde el primer momento. Nosotros hemos tenido un papel secundario, por no decir de extras o figurantes.

A un ciudadano anónimo, que no sea Roig, ni Sedesa, ni Ballester ni Enrique Ortiz, ¿cómo le explicaría la importancia de que haya cajas valencianas?

Los miles de autónomos y microempresas de esta Comunitat saben que no es lo mismo una banca próxima que sepa quién eres que una banca que...

Sí, banca de confianza para colocar preferentes y deuda subordinada a vecinos y conocidos ahorradores del plazo fijo.

Es evidente que eso fue una mala gestión de la banca de proximidad y ha de tener una respuesta judicial y política, pero eso no es óbice para reconocer los grandes beneficios sociales de las cajas.

¿La desafección hacia la política pasará más factura a la izquierda que a la derecha?

La política es lo único que nos iguala y a la derecha el descrédito de la política parece no afectarle. Es doloroso que el principal agente de descrédito que ha sido la corrupción sistémica del PP acabe salpicando a todos los políticos.

Decidieron seguir personados en la causa Gürtel de la financiación del PP, pero políticamente no están explotando el proceso.

Hacemos oposición política al PP y respetamos el proceso. Esa causa se agita sola. Lo evidente es que el PP se ha financiado ilegalmente de forma continuada y eso es un cáncer para la democracia.

«O bien hay un gran pacto valenciano de emergencia o deberá haber elecciones»

Modelo de oposición - «Hacemos una política nítidamente de izquierdas y valencianista, pero tenemos que ser un partido útil ya y ayudar a resolver problemas hoy»

¿Está seguro de que el PSPV tiene más mercado apelando al consenso y al centro que si se instalara en una posición radical de izquierdas?

Nosotros hacemos una política nítidamente de izquierdas y valencianista. Pero el momento que vive la Comunitat Valenciana exige acuerdos y espacios comunes. Otra cosa es que el PP de forma irresponsable no atiende la posibilidad de acuerdos. Ni con el PSPV, ni con partidos en general, trabajadores, empresarios, etc. No le puedes decir al ciudadano que de aquí a tres años gobernarás y harás esto o aquello porque quien está en paro hoy, pide una solución hoy. Tenemos que ser un partido útil ya y ayudar a resolver los problemas hoy.

Un adelanto electoral sería dramático para ustedes. Menudo marrón.

En absoluto, en este momento se necesita sumar fuerzas en defensa de los valencianos. Hay que priorizar la salida a la crisis en un momento de emergencia. O bien hay un gran acuerdo o a medio plazo deberá haber elecciones. No podemos seguir con el laisser faire laisser passer y que las únicas medidas sean contra los trabajadores.

¿Qué le da más miedo gobernar o gobernar con Compromís y Esquerra Unida de socios?

No temo gobernar ni con el apoyo de otros partidos progresistas. Vamos a construir una alternativa en la que la mayoría social de la Comunitat Valenciana se verá reflejada.

Al contrario que Alarte usted evita hacer de secretario de organización. Pero, ¿no cree que con un par de conversaciones habría evitado la bronca en el relevo de Toni Gaspar en la diputación?

El secretario general del PSPV en estos momentos ha de centrarse en lo que nos demandan los ciudadanos. En este período hemos intentado restablecer los puentes con la sociedad civil, empresarios, sindicatos y asociaciones para construir la alternativa. Hay una dirección colegiada y cada cual tiene su misión en cada puesto.