Rosa Vila, de Teulada Moraira, lleva más de 18 años yendo a campamentos saharauis. Ayer regresó de nuevo de Tinduf (Argelia) junto a una veintena de cooperantes españoles. Acudieron allí para mostrar su apoyo al pueblo saharaui tras la decisión del Ministerio de Exteriores de repatriar a las ONG españolas por "riesgo inminente" de secuestro. Y, según afirman los recién llegados, se han encontrado con una "zona segura" y con desabastecimiento de agua y alimentos.

Vila, que pertenece a la Coordinadora Estatal de Asociaciones Amigas del Pueblo Saharaui (Ceas- Sáhara) y a la delegación de Solidaridad con el pueblo saharaui de la Comunitat Valenciana, explicó a Levante-EMV que la marcha precipitada de las ONG ha dejado el lugar desamparado. "En una semana sin cooperantes se ha notado mucho el abandono en la población civil. Carecían de alimentos frescos y agua", indicó Vila.

El presidente de la Ceas-Sáhara, José Taboada, aseguró a su llegada de los campamentos que existe "máxima seguridad" para desarrollar el trabajo humanitario, hecho que también constató la cooperante valenciana durante los cuatro días que ha permanecido en el Sáhara. "Han reforzado muchísimo la seguridad. No he notado nada extraño, he estado exactamente igual que las anteriores veces que he ido", apuntó en referencia a la supuesta amenaza terrorista.

Esta coordinadora ha pedido reunirse con el ministro, José Manuel García-Margallo, para contarles la situación que han vivido estos días en los campamentos.